Ali Hammad Jomaah, un iraquí de 31 años que enseña inglés en Japón, viajó a Taiwán el 26 de marzo para reunirse con su esposa taiwanesa y discutir su proceso de divorcio y la custodia de su hijo de un año.
Los padres de la taiwanesa habían viajado anteriormente a Japón para recoger a su hija y su nieto y llevarlos a Taiwán, donde esperaban protegerlos del iraquí, contra el que había acusaciones de violencia doméstica.
La taiwanesa y su hijo se quedaron con los padres de ella en Taiwán, y tras ellos fue el iraquí.
En la noche del 29 de abril, el hombre discutió con sus suegros, ambos septuagenarios, y los asesinó estrangulándolos. Luego se llevó a su hijo. Su esposa no estaba presente en la reunión a pedido de los padres de ella, que temían por su seguridad.
Jomaah salió de Taiwán con destino a Japón el 30 de abril, llevando con él a su hijo.
Las autoridades taiwanesas han solicitado apoyo a Interpol a través de Japón para localizar el iraquí, informó Kyodo.
El 1 de mayo, el iraquí le dijo a su esposa que había regresado a Irak. La policía cree, no obstante, que Jomaah aún está en Japón. No ha regresado a la residencia que tiene en la prefectura de Ishikawa. Tampoco existen registros de que haya partido de Japón.
El iraquí y la taiwanesa se conocieron a Estados Unidos, donde ambos estudiaban. Más adelante, Jomaah viajó a Japón para ejercer como profesor de inglés. La mujer lo siguió y se casaron hace dos años en Japón.
Taiwán no es miembro de Interpol y no tiene relaciones oficiales ni tratado de extradición con Japón. (International Press)
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