El 24 de enero, Mia Kurihara, una niña de diez años, fue encontrada muerta en el baño de su casa en la ciudad de Noda, prefectura de Chiba. Su padre Yuichiro, un hombre de 41 años, fue arrestado por golpear a su hija.
Sin embargo, no solo el centro contribuyó con su pasividad a la muerte de Mia. La junta educativa de Noda también actuó mal, según Mainichi Shimbun.
Para entender lo ocurrido, hay que retroceder hasta noviembre de 2017. La escuela donde la niña estudiaba realizó un cuestionario a todos sus alumnos. Ahí Mia escribió que su papá le pegaba. Después, interrogada por personal de la escuela, dijo que su padre la golpeaba cuando no estaba su madre.
La escuela avisó al municipio de Noda, que a su vez informó al centro de Kashiwa. El centro decidió tomar bajo su protección a la menor.
El padre de Mia se enteró de que la niña había escrito que era víctima de abuso y exigió a la escuela ver el original del cuestionario y que le dieran una copia, amenazando con una demanda.
La junta educativa de Noda tenía una copia del cuestionario respondido por la niña y ante la presión de su padre, un temeroso empleado, para aplacar su enojo, se la entregó.
Ahora que Mia está muerta, la junta reconoció que fue incorrecto darle la copia al padre. “Lo sentimos mucho”, se disculpó un representante.
Un experto consultado por Asahi Shimbun, el profesor universitario Ichiro Wada, dijo que la junta, al darle la copia al padre, puso a Mia en una situación de mayor riesgo de sufrir nuevos abusos.
«La estudiante estaba buscando ayuda desesperadamente, pero la escuela y la junta educativa cedieron ante la presión del padre, que era el abusador. Después (de que le entregaron la copia) se hizo más difícil para la niña seguir pidiendo auxilio”, declaró. (International Press)
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