El 20 de noviembre del año pasado, una estudiante de 19 años tomó un tren hasta la ciudad de Kamisu, prefectura de Ibaraki, después de asistir a clases en una universidad en Tokio.
La joven salió de la estación de Kashimajingu y abordó un taxi que la llevó hasta una tienda cercana. Acto seguido, se dirigió a la casa de un hombre de 35 años (un testigo dijo que al bajar del taxi la chica preguntó por la dirección de la vivienda del sujeto).
Ese día, alrededor de las 11:00 p. m., la estudiante intercambió mensajes con su familia y amigos a través de su teléfono por última vez.
Su familia no volvió a tener noticias de ella y reportó su desaparición dos días después.
La policía decidió investigar al hombre a cuya casa fue la estudiante y lo arrestó después de encontrar un cuerpo que probablemente pertenece a la desaparecida.
El mismo sujeto, Koichi Hirose, indicó a la policía donde hallar el cadáver, enterrado en un campo, detalló Tokyo Reporter.
Hirose admitió haber asesinado a la mujer y haberla enterrado. Dijo que la mató después de que “ella comenzó a hacer ruido”.
El asesino dijo que conoció a la estudiante a través de internet.
El hombre dijo al principio que se había encontrado con la chica frente a su casa y que después ella se había ido con paradero desconocido. Más adelante, Hirose cambió su versión y admitió el crimen. (International Press)
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