Sin embargo, Miura desistió. «Confiaba en poder subir a la cima, pero decidí seguir la orden del médico», explicó en declaraciones recogidas por Kyodo.
El japonés llegó hasta un campamento situado a unos 6.000 m de altura, donde estuvo esperando desde el viernes que el clima mejorara para continuar.
Sin embargo, su médico, que lo acompañaba en el viaje, concluyó que la prolongada estadía en el campamento, a tanta altitud, le había pasado factura y que ascender hasta la cumbre podría provocarle una insuficiencia cardíaca.
El médico dijo que Miura había llegado al límite de altitud para un alpinista de 86 años. “Tomé la decisión de ordenarle que descendiera de la montaña para que pueda volver a casa con vida», enfatizó.
La hija de Miura, quien padece de problemas del corazón, contó que su padre estaba decidido a escalar la montaña y que, horas antes de la orden médica, había dicho por teléfono que se sentía “mejor que nunca». «Creo que mi padre es el que está más decepcionado», añadió.
Pese al trago amargo por no haber podido completar su hazaña, Miura eligió lo más sabio: preservar su vida. Además, ya ha hecho historia: en 2013, a los 80 años, se convirtió en la persona más vieja en coronar el monte Everest. Por último, ya sabe lo que significa llegar a la cima del Aconcagua, pues lo logró en 1985. (International Press)
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