El hombre de 21 años hirió a nueve personas. Una de ellas, un estudiante universitario de 19 años, se encuentra en una situación crítica.
La semana pasada, los medios japoneses informaron de que la policía halló en el automóvil un recipiente de plástico con 20 kilos de kerosene y una limpiadora de alta presión con los que pretendía prenderle fuego a la multitud reunida en el santuario de Meiji, cerca del lugar del ataque.
Kusakabe compró unos cien litros de kerosene antes del atentado, reveló la NHK.
Su intención, según la policía, era perpetrar un ataque indiscriminado.
Las restricciones de tráfico le impidieron llegar al santuario, así que modificó su plan original para dirigirse hacia la calle donde atropelló a la multitud.
El día de Año Nuevo, el santuario se llena de visitantes que piden deseos para el año que recién comienza.
Kusakabe dijo que el ataque fue una represalia por la pena de muerte.
El auto fue alquilado el 30 de diciembre en Osaka. El hombre viajó a Tokio con la única finalidad de llevar a cabo su siniestro plan. (International Press)
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