La decisión de Japón de retirarse de la Comisión Ballenera Internacional para reanudar la caza comercial de ballenas ya ha generado críticas adversas a nivel internacional.
A través de un comunicado conjunto, los gobiernos de Australia y Nueva Zelanda dijeron estar «extremadamente decepcionados» por el paso anunciado por Japón, informó Kyodo.
Ambos países se comprometieron a continuar trabajando dentro de la CBI para defender la moratoria global del organismo con respecto a la caza comercial de ballenas.
En una declaración aparte, el ministro de Asuntos Exteriores de Nueva Zelanda, Winston Peters, instó a Japón, como «un valioso partidario del sistema internacional basado en normas”, a rectificar su rumbo.
«La caza de ballenas es una práctica obsoleta e innecesaria. Seguimos esperando que Japón finalmente reconsidere su posición y que cese la caza de ballenas para promover la protección de los ecosistemas oceánicos», dijo.
Por otro lado, ambos países recibieron con beneplácito la decisión de Japón de detener la caza “científica” de ballenas en el Océano Antártico.
Esto significa, según ambas partes, que las zonas de protección de ballenas establecidas en las aguas del sur «finalmente serán verdaderos santuarios para todas las ballenas».
Australia y Nueva Zelanda consideran la caza de ballenas con fines científicos como un disfraz de la caza comercial.
Por su parte, Darren Kindleysides, CEO de Australian Marine Conservation Society, dijo que si bien el anuncio de Japón representa una «victoria para nuestras ballenas» en el Océano Antártico, sería una “victoria agridulce” si, por otro lado, Japón reanuda la caza comercial sin control en sus propias aguas, como prevé hacerlo desde julio de 2019. (International Press)
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