El gobierno de Japón está considerando aprobar un paquete de estímulo por un valor de alrededor de 10 billones de yenes (87.900 millones de dólares) para mitigar el impacto del alza en el impuesto a las ventas el próximo año y aumentar el gasto en obras públicas y prevención tras los desastres naturales que ha sufrido el país recientemente.
El impuesto al consumo subirá de 8 a 10 % en octubre de 2019.
Según fuentes de Reuters, parte de los fondos se destinarían a medidas anunciadas anteriormente por el gobierno, como los recortes de impuestos para la adquisición de automóviles y los cupones de compra para ayudar a los hogares de bajos ingresos.
Aunque el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, anunció que exonerará a los alimentos y algunos productos diarios del aumento impositivo para suavizar el impacto, existe mucha preocupación de que la subida del gravamen afecte el gasto y la confianza de los consumidores.
El aumento del impuesto al consumo podría costarles a los ciudadanos en Japón alrededor de 5,6 billones de yenes (50 mil millones de dólares), según un cálculo del Banco de Japón. Por ello, se enfatiza la necesidad de tomar medidas para que el golpe no sea tan fuerte.
El paquete de estímulo, no obstante, podría generar preocupación sobre la carga de la deuda pública de Japón, la peor entre las principales economías y que equivale al doble del tamaño de su economía de cinco billones de dólares.
Es posible que el uso de los recursos contemplados en el paquete se realice en más de un año. (International Press)
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