El proyecto de ley presentado por el gobierno de Japón para modificar la ley de inmigración y crear dos nuevos estados de residencia con el fin de ampliar el número de trabajadores extranjeros en el país ha generado un intenso debate impulsado por la oposición.
Un grupo de ministros se enfrentó a legisladores opositores en la Dieta.
El ministro de Justicia japonés, Takashi Yamashita, aclaró que Japón dejaría de aceptar a trabajadores extranjeros bajo el plan propuesto si, por ejemplo, la economía se desacelerara o se resolviera el problema de la escasez de mano de obra, reveló Mainichi Shimbun.
Si un determinado sector (de los 14 que emplearían a los extranjeros con los nuevos visados) llegara a cubrir todos los puestos de trabajo y no necesitara más trabajadores, se podría solicitar al Ministerio de Justicia que dejara de otorgar visas.
«Dejaríamos de aceptar a trabajadores extranjeros para no afectar el empleo de los ciudadanos japoneses», dijo Yamashita.
Si el ministro quiso acallar las críticas, logró el efecto contrario. La oposición sostuvo que aunque Japón ya no recibiera a más trabajadores extranjeros, los que ya estuvieran en el país no podrían ser sacados de inmediato.
La secretaria general del opositor Partido Democrático Constitucional, Renho, dijo que considerando que la categoría 1 otorgará visas por un máximo de cinco años, el periodo de permanencia en Japón de los extranjeros podría exceder el tiempo que se les necesitara como trabajadores.
Al quedarse en Japón para cumplir sus cinco años de visa, aunque ya no fueran necesarios, le podrían quitar empleos a los japoneses, según Renho.
El ministro de Revitalización Económica, Toshimitsu Motegi, se excusó de decir exactamente cuántos trabajadores extranjeros ingresarían a Japón bajo el nuevo plan, sugiriendo que es prematuro saberlo y que evaluarán la situación en el futuro.
Otro motivo de fricciones entre ambas partes ha sido la definición exacta de lo que significa habilidades para desempeñar un determinado trabajo que requiere el nuevo programa.
El ministro de Agricultura, Takamori Yoshikawa, dijo que en su ámbito significaría una persona con “conocimientos básicos de productos químicos y fertilizantes».
El ministro de Turismo, Keiichi Ishii, fue menos preciso. Con respecto a las capacidades para trabajar en hoteles, declaró: «Estamos considerando en conjunto las habilidades que se requerirán para la hotelería».
Ante la falta de precisión o detalles, la legisladora Eri Tokunaga dijo que sería prematuro aprobar el proyecto gubernamental en el actual periodo de sesiones de la Dieta.
Sin embargo, el ministro de Justicia subrayó que si la promulgación de la ley se retrasara seis meses, decenas de miles de extranjeros tendrían que regresar a sus países. Entre ellos los aprendices que al completar su programa de capacitación técnica podrían cambiar su estatus de residencia a la categoría 1 del nuevo plan.
El ministro dijo que si la propuesta no se aprueba rápidamente para que el sistema entre en vigor en abril de 2019 tal como quiere el gobierno, se perjudicaría a miles de empresas que tienen planeado contratar a trabajadores extranjeros ante la falta de personal. (International Press)
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