Una persona de avanzada edad recibe una llamada telefónica de un hombre que dice ser, por lo general, su hijo. Supuestamente está en aprietos (por ejemplo, ha perdido dinero de su empresa o le han robado) y necesita ayuda. El anciano le cree y le entrega plata a un colega o conocido que el hombre ha enviado a la casa de la víctima.
Está modalidad de estafa está muy extendida en Japón. La policía de Tokio reveló que alrededor del 30 % de teléfonos celulares utilizados para este tipo de delitos -en los que se engaña a las víctimas para que entreguen dinero o realicen transferencias bancarias- entre enero y agosto de 2018 en la capital japonesa fueron contratados bajo los nombres de vietnamitas.
En dicho periodo, el número ascendió a 144, muy por encima de los apenas dos registrados en todo 2017, detalló Jiji Press.
De los 144, aproximadamente el 90 % eran smartphones de bajo coste, que los usuarios pueden comprar sin tener que reunirse directamente con el personal de las tiendas de las compañías de teléfonos celulares.
Los implicados en los delitos se habrían visto obligados a utilizar tarjetas de residencia auténticas de vietnamitas en Japón ante la intensificación de la ofensiva policial contra los documentos de identidad falsificados.
Un operador de smartphones de bajo coste reveló que más del 90 % de sus clientes extranjeros con contratos son vietnamitas.
La policía de Tokio ha pedido a las escuelas de idioma japonés que orienten a las personas sobre el manejo adecuado de su identificación. (International Press)
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