El gobernante Partido Liberal Demócrata (PLD) prevé elaborar un proyecto de ley sobre los cuidados al final de la vida de personas sin posibilidades de recuperación para que su voluntad sea respetada, informó Mainichi Shimbun.
Algunos sostienen que prolongar las vidas de quienes no tienen perspectivas de recuperación, como los pacientes con cáncer terminal, por medio de respiradores artificiales o diálisis, no necesariamente beneficiaría a los pacientes considerando su dolor y la carga para sus familias.
Además, existe el riesgo de que los médicos sean considerados penalmente responsables por la interrupción de las terapias de prolongación de la vida, según las leyes actuales.
En 2012, un grupo multipartidario realizó un proyecto de ley sobre el tema. El proyecto definía el «fin de la vida» como una fase en la cual un paciente no tiene posibilidades de recuperación incluso con el tratamiento adecuado y se diagnostica que está llegando a su fin, y permitía interrumpir el tratamiento de prolongación de la vida si el paciente expresaba su deseo por escrito u otros medios.
Sin embargo, el 70 % de los pacientes terminales no pueden expresar sus deseos debido a que están inconscientes o sufren demencia, según estudios médicos. A grupos de personas con discapacidades les preocupa que a los pacientes sin la capacidad de expresar sus deseos se les deje morir.
Detrás de la iniciativa, reveló Mainichi Shimbun, está la planificación anticipada de cuidados (ACP, por sus siglas en inglés), un proceso en el que el paciente, su familia y el médico discuten continuamente la manera en que el paciente terminará su vida.
El PLD quiere incorporar el concepto en su proyecto de ley para que la toma de decisiones del paciente sea más transparentes.
La agrupación apunta a presentar el proyecto en la sesión ordinaria de la Dieta del próximo año.
La mayoría de los japoneses desea morir en sus casas, según estudios realizados por el Ministerio de Salud. Sin embargo, alrededor del 80 % muere en hospitales.
En Corea del Sur, la muerte con dignidad se legalizó en febrero de este año. Sin embargo, advirtió Mainichi, como no existe una definición clara para ella, algunas personas la confunden con eutanasia. Por ello, algunos miembros del PLD consideran que se debe evitar la expresión «muerte con dignidad».
El Instituto Nacional de Población calcula que el número anual de muertes en Japón ascenderá a 1,68 millones en 2040, casi 400.000 más que en 2015. (International Press)
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