La población en edad de trabajar en Japón alcanzó su pico en 1995 cuando ascendió a 87 millones. Para 2065, se estima que la cifra caerá a solo 45 millones.
Actualmente, hay 162 puestos de trabajo por cada 100 personas que buscan empleo, lo que representa la mayor demanda de mano de obra en más de 44 años en Japón.
Números que ponen de manifiesto la aguda escasez de trabajadores en el país.
Silicon Technology, un fabricante de materiales semiconductores, tiene una planta que funciona a la mitad de su capacidad porque no cuenta con suficientes trabajadores. Otra empresa, Toyobo, no dispone de suficiente personal para completar una línea de producción de un componente utilizado en las pantallas planas.
Las empresas japonesas no solo deben batallar para conseguir trabajadores, sino también para que sus empleados no renuncien para trasladarse a otra compañía.
Para conseguir personal nuevo o retener al que se tiene ya no alcanza solo con el dinero.
Ahí está el caso de Misaki Harada, una mujer de 24 años que trabaja como recepcionista en una empresa de administración de restaurantes en Tokio. Harada quiere renunciar a su empleo y trabajar en un fabricante de ropa.
En declaraciones a Reuters, la mujer dice que quiere algo más que un mayor salario. Quiere que la empresa le ofrezca condiciones para mejorar su calidad de vida. Y eso, en su caso, significa tiempo.
«Si me preguntas si prefiero más dinero u horarios de trabajo más flexibles, elijo horarios de trabajo más flexibles», afirma. Harada quiere casarse pronto y formar una familia. Su futuro empleador, si quiere contar con sus servicios, debe garantizarle que va a disponer de suficiente tiempo para cuidar a los hijos que piensa tener.
Toshiaki Matsumoto, director ejecutivo de una consultora de recursos humanos, revela: «Las empresas japonesas son cada vez más flexibles sobre cuándo y dónde trabajas».
Algunas ofrecen comida gratis o subvencionan el alquiler de viviendas para que los trabajadores puedan acortar el tiempo de viaje, añade. También hay empresas que ofrecen asesoramiento y tiempo libre para las parejas que intentan tener hijos.
Toyota, por ejemplo, tiene una guardería que abre las 24 horas día para los hijos de los trabajadores por turnos en sus plantas cerca de su sede en la ciudad de Toyota.
Daisuke Okamoto, un contador de 42 años, dejó en abril un trabajo en publicidad para sumarse a una empresa de bienes de consumo. Su nuevo empleo no le gustó al principio por el horario de trabajo. Ahora está contento, porque la compañía le da horarios laborales más flexibles e incluso la libertad de trabajar en ocasiones desde su casa.
«Ya no se trata solo del dinero. La gente también quiere trabajar en un ambiente de trabajo positivo con buenos colegas», explica a Reuters Tsuyoshi Saso, gerente de una empresa de reclutamiento laboral.
Los trabajadores extranjeros pueden mitigar un poco la escasez de mano de obra en Japón, pero solo representan el 2 % de la fuerza laboral total. (International Press)
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