Hasta abril de 2018, solo en Tokio, se registraron 1.346 casos de fraude utilizando teléfonos u otros medios, 469 más que en el mismo periodo del año previo.
Para combatir esta modalidad de robo, que suele tener como víctimas a ancianos que reciben llamadas de delincuentes que se hacen pasar por parientes en apuros (un hijo o nieto) que necesitan dinero y que, una vez que las personas muerden el anzuelo, envían a un “compañero de trabajo” para recoger el botín, los 23 barrios de Tokio tienen previsto distribuir dispositivos que graban llamadas de manera automática.
Los aparatos serán distribuidos de manera gratuita en el transcurso del presente año fiscal, informó Mainichi Shimbun.
El dispositivo se conecta al teléfono fijo y cuando alguien llama, se reproduce un mensaje que dice “esta llamada se está grabando”, y que escucha la persona que llama. Se espera que esto disuada al delincuente.
Para garantizar que todo funcione como es debido, el dispositivo impide que el teléfono suene hasta que el mensaje automático se reproduzca.
La iniciativa no es nueva, pues desde 2016 se distribuyen en Tokio estos aparatos. Esta vez, sin embargo, la idea es que llegue a todos los barrios de la capital japonesa.
Itabashi hará llegar 800 dispositivos a residentes de 70 años o más desde septiembre, priorizando los hogares que han recibido llamadas sospechosas, mientras que Nerima distribuirá mil.
En Chiyoda, los aproximadamente 8.200 hogares con personas de 65 años o más podrán recibir los aparatos.
Las autoridades de Shinagawa han repartido 900 dispositivos entre los años fiscales 2016 y 2017. Un funcionario aseguró que no se han reportado casos de estafa en las viviendas donde se han instalado los grabadores de llamadas. “Los resultados son claros”, subrayó en declaraciones a Mainichi. Ante los buenos frutos, planean distribuir otros 1.000 durante el actual año fiscal. (International Press)
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