Las autoridades de inmigración de Tokio no permitieron que un turco que estaba detenido recibiera atención médica durante casi dos días a pesar de sufrir fuertes dolores abdominales, reveló la agencia Kyodo.
Al hombre de 29 años se le diagnosticó después apendicitis y peritonitis.
El turco podría haber muerto si la peritonitis hubiese derivado en sepsis, advirtieron los médicos a los funcionarios del centro de detención.
El incidente se hizo público hoy, pero tuvo lugar el 3 de junio del año pasado, día en que el turco pidió atención médica debido a los dolores. ¿Qué hicieron los funcionarios de inmigración? Llevarlo a otra habitación para “supervisar” su estado.
Al día siguiente en la mañana, el turco golpeó las paredes de la habitación debido al dolor, pero los de inmigración le dijeron que dejara de hacerlo y que se pondría bien.
No lo ayudaron y lo llevaron de vuelta a la habitación que compartía con otros tres detenidos alrededor de las 9:30 a. m. Los tres detenidos, al verlo tan mal, exigieron que lo viera un doctor. Fue ahí recién que los funcionarios decidieron llevarlo a un hospital, donde lo operaron de emergencia.
Ahí no acabaron las penurias del hombre. Después de ser operado, pidió ver a un médico debido a que el dolor persistía. Atendieron su pedido alrededor de un mes después. Sin embargo, un funcionario del centro de detención elaboró un falso informe en el que decía que el turco comenzó a sentir dolores tres días antes de recibir atención médica, y no un mes antes como fue en realidad.
«Supervisamos las condiciones como un paso preventivo para prepararnos para un cambio repentino en las condiciones médicas», se excusó Shigeo Ogata, un funcionario de la oficina de inmigración.
Sin embargo, el médico Jumpei Yamamura dijo que el personal de inmigración no puede supervisar las condiciones de un enfermo si no sabe de medicina. Yamamura calificó el caso como «extremadamente peligroso».
Por fortuna, el turco se ha recuperado y fue liberado de manera provisional en otoño del año pasado.
No tuvo la misma suerte un vietnamita que el año pasado murió por una hemorragia subaracnoidea en un centro de inmigración en la prefectura de Ibaraki. El hombre se quejó de un fuerte dolor de cabeza y no fue atendido por un médico a tiempo. Al parecer, el personal del lugar restó importancia a su estado y actuó tarde. (International Press)
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