El resentimiento de un exsacerdote que perdió el cargo que ocupaba su hermana impulsó dos asesinatos y un suicidio en un santuario sintoísta en Tokio.
El jueves en la noche, Shigenaga Tomioka (56) asesinó a su hermana Nagako (58), sacerdotisa principal del santuario, con la complicidad de su esposa.
Tras consumar el ataque a su hermana, Shigenaga asesinó a su esposa y se suicidó.
Shigenaga fue el sacerdote principal entre 1995 y 2001, año en que se vio forzado a dejar el cargo por una serie de problemas, entre ellos financieros, revela Mainichi Shimbun.
Tras ser apartado, el padre de Shigenaga, el anterior sacerdote principal, lo sustituyó. Tras su muerte, el cargo pasó a manos de Nagako.
Un anciano que asiste al santuario y conoce a la familia declaró al diario nipón que Shigenaga estaba resentido por haber sido obligado a dejar el cargo.
A otra persona que asiste al santuario, Shigenaga le dijo a mediados de año: «Se me acusa de comportarme mal, pero no es nada comparado con mi hermana mayor». El exsacerdote lloraba e insultaba a Nagako. Su estado emocional era errático, recuerda el feligrés.
Shigenaga acosaba a su hermana con llamadas y cartas. Nagako decía sentirse perpleja con respecto a la hostilidad de su hermano.
Pese a que Shigenaga la hostilizaba, Nagako le enviaba dinero.
La relación entre los hermanos empeoró debido al intento del hombre de recuperar el cargo, según la NHK.
La mujer dejó un buen recuerdo entre los feligreses. Destacaron que construyó una rampa en el santuario para los visitantes que no podían usar las escaleras y renovó los baños. Un parroquiano dijo que la mujer hizo mucho bien por ellos y se preguntó qué ocurrirá ahora con las ceremonias de fin de año y Año Nuevo. (International Press)
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