Otro, en su lugar, probablemente no habría hecho nada, pensando que su trabajo se limita a repartir periódicos, que no le pagan para preocuparse por el estado de salud de la gente.
Sin embargo, Yasuhiro Noda, un repartidor de periódicos de 51 años, es una buena persona y gracias a él una anciana se salvó de morir.
Asahi Shimbun narra cómo ocurrieron los hechos.
En la mañana del 11 de agosto, Noda notó que el periódico del día anterior que había dejado en el buzón de correos de una casa en la ciudad de Musashino, Tokio, seguía ahí. Su ocupante, una mujer septuagenaria que vive sola, no lo había recogido.
Noda la conocía, pues lleva doce años repartiendo Asahi Shimbun en el barrio de la mujer.
El repartidor sospechó que algo andaba mal. Recordó, entonces, que en julio, mientras recogía los pagos de suscripción, habló con la mujer. No parecía estar bien de salud. Aunque hacía calor en su casa, la mujer le dijo a Noda que no le gustaba usar el aire acondicionado.
¿Habrá sufrido un golpe de calor?, se preguntó. Tras completar su ronda de entregas, Noda fue a la estación de policia de Musashino para expresarles su preocupación y pedirles que verificaran el estado de salud de la mujer.
La policía fue a la vivienda de la anciana. Tocaron, y como nadie abrió, entraron a la casa por un balcón después de romper unas ventanas. Encontraron a la mujer inconsciente.
En el hospital al que fue llevada estuvo dos semanas. Aparentemente había sufrido un golpe de calor. Ahora está a salvo y su familia se contactó con el centro de delivery para agradecer por su ayuda.
Noda, el hombre que hizo posible esta historia con final feliz, dijo estar contento de haber podido “contribuir a salvar una vida». (International Press)
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