El presidente de Bolivia, Evo Morales, acusó hoy al «imperio» estadounidense de haber emprendido una batalla para «recolonizar» a América Latina y el Caribe, en la que, a su juicio, Venezuela es la «ficha estratégica».
«Estamos ante un momento especial y un escenario complejo. El imperio ha emprendido la gran batalla para recolonizar a América Latina y el Caribe, y Venezuela es la ficha estratégica», afirmó Morales en un acto con militares, indígenas y campesinos en el Altiplano de La Paz, por el 192 aniversario de las Fuerzas Armadas.
El mandatario boliviano, que es aliado del Gobierno de Nicolás Maduro, sostuvo que «Venezuela es un eslabón estratégico» para EE.UU. porque «posee la mayor reserva de petróleo del mundo».
«Geopolítica y energía petrolera es lo que el imperio busca en Venezuela. Primero derrocar, luego dominar y después adueñarse del petróleo venezolano», señaló.
Según Morales, «la peor vergüenza para la región» no es solo el que «algunos gobiernos» se pongan «de rodillas ante la conspiración de la CIA contra Venezuela», sino el que «algunos dirigentes antipatrias hagan penoso papel de Felipillos y Malinches».
El apelativo de «Felipillo» es una referencia al indígena que acompañó a los conquistadores españoles Francisco Pizarro y Diego de Almagro en sus expediciones a Perú, mientras que Malinche fue la mujer indígena, compañera y traductora del conquistador Hernán Cortés, considerada por algunos una traidora.
El Gobierno de Morales es uno de los pocos en la región que ha mantenido su apoyo a Maduro y que ha felicitado estos días el trabajo de los 545 constituyentes venezolanos.
El mandatario boliviano admitió el domingo que está solo en Sudamérica en su defensa a Maduro, aunque aseguró que lucharán juntos y acusó a la «derecha» de buscar que haya «muertos para desprestigiar a un gobierno antiimperialista».
Morales pidió hoy a militares y campesinos estar «vigilantes» ante lo que sucede «contra los países que se rebelan contra el imperio» que, según dijo, está aplicando «rabiosamente» una política de «venganza por la perdida de la economía de la región y escarmiento» para que nadie se le rebele.
También afirmó que las Fuerzas Armadas de América Latina nacieron para «defender y liberar a sus naciones» y no «para ser funcionales al poder imperial o para someter a sus pueblos».
Reiteró sus críticas a los países cuyos militares hacen operaciones conjuntas con Estados Unidos y convocó a las Fuerzas Armadas latinoamericanas a realizar ejercicios combinados y entrenamientos conjuntos «para impedir que se viole la soberanía» de los pueblos y proteger a la región «de la codicia imperial».
Además, volvió a criticar a los países que permiten en sus territorios el asentamiento de bases militares extranjeras y lamentó que «algunos gobiernos pretendan ganar indulgencias a costa de colonizar a sus Fuerzas Armadas».
Pidió cuidar la paz en la región y que las Fuerzas Armadas «se liberen de la doctrina imperial».
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