El 26 de julio del año pasado, Japón amaneció horrorizado por la noticia de que un hombre había asesinado a 19 personas en un centro para personas con discapacidad en la ciudad de Sagamihara, prefectura de Kanagawa, la mayor matanza cometida en el país asiático desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
A casi un año de la tragedia, el padre y el hermano de una de las víctimas, una mujer de 35 años, concedieron una entrevista televisiva, reveló la NHK.
El padre de la mujer dijo que piensa en su hija todos los días y que se siente responsable de su muerte pues la internó en el sitio donde la asesinaron.
El hombre, que sufre un cáncer terminal, declaró que le gustaría decirle a su hija que se van a ver pronto y que le dará un abrazo cuando ello ocurra.
Tras ser arrestado, el autor de la matanza, Satoshi Uematsu, extrabajador del centro, dijo: “Quiero a las personas con discapacidad fuera de este mundo”. Para el criminal, llevan infelicidad a los demás y no tenía sentido mantenerlas con vida pues no pueden comunicarse.
El padre de la víctima dijo que no desea ver el juicio a Uematsu porque eso no le devolverá la vida a su hija.
Por su parte, el hermano de la mujer calificó como lamentable la manera en que terminó la vida de su hermana, de quien dijo que sí era capaz de comunicarse y expresar qué quería y qué no. Es un error suponer que las personas con discapacidad no pueden comunicarse, agregó. (International Press)
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