Antonio Hermosín / EFE
Veinte hombres y diez mujeres solteros se reúnen en un bar y alternan breves encuentros cara a cara, en una cita a ciegas organizada por un ayuntamiento japonés que supone una de sus últimas esperanzas de encontrar pareja.
La escena tiene lugar un gélido sábado en un «izakaya» o taberna japonesa de Ota, un distrito del sur de Tokio, bajo el auspicio de unas autoridades locales alarmadas por el desplome del número de matrimonios hasta mínimos históricos que se observa tanto en la capital como en Japón en su conjunto.
«Decidí participar porque mi principal propósito para 2017 es encontrar novio. En Tokio es muy difícil conocer a gente, sobre todo una vez que has superado los 25 años», relata a Efe una de las asistentes, Ikumi Kanda, empleada de una multinacional de ropa deportiva de 31 años.
Los participantes en este maratón de citas que se prolonga hasta seis horas tienen entre 25 y 45 años, y para asistir abonan unos 6.000 yenes (50 euros) que incluye comida y barra libre.
Se trata de un «machikon» o cita grupal a ciegas, recientemente creada por las autoridades localidades en colaboración con negocios como bares, restaurantes o cafés.
Una vuelta de tuerca a la habitual práctica nipona del «gokon», que suele convocarse en pequeño comité -3 chicos y 3 chicas o 4+4- por parte de alguno de los asistentes, quien invita a amigos y amigas que no se conocen entre sí.
Los «machikon», sin embargo, pueden congregar a hasta centenares o incluso miles de personas y son organizados por instituciones o empresas.
Estas «fiestas de solteros» se han popularizado en Japón en el último lustro, y cada vez son más los municipios que las convocan o que las apoyan, entre ellas el mismo Gobierno del Área Metropolitana de Tokio, la mayor urbe del país.
En enero de 2015, un «machikon» multitudinario congregó a unos 10.000 solteros y solteras a la caza de pareja en el estadio Tokio Dome, en el mayor evento de este tipo hasta la fecha organizado por una plataforma de compañías de «matchmaking» o especializadas en servicios , un sector en pleno auge en Japón.
Aunque la dinámica varía según el evento y su magnitud, los «machikon» suelen consistir en una primera parte en la que los asistentes se presentan de forma colectiva, y posteriormente en una ronda de encuentros cara a cara.
Si surge la química entre una pareja, éstos intercambian sus números directamente entre ellos, aunque en algunos eventos como en el que participó Kanda, los asistentes sólo pueden volverse a contactar en caso de «match», es decir, de que el «flechazo» haya sido mutuo.
«No me considero una persona demasiado exigente a la hora de buscar pareja, mis únicas líneas rojas son que la otra persona sepa escuchar y conversar, y que sea divertido», comenta Kanda.
Encontrar pareja es un reto para ella y para muchos veinteañeros y treintañeros nipones debido a diversos motivos, que van desde el choque entre los valores tradicionales y modernos asignados a hombres y a mujeres hasta unas largas jornadas laborales que dejan a los jóvenes escaso tiempo libre para socializar.
En 2015, el número de matrimonios en el Área Metropolitana de Tokio se situó en 87.167, lo que supone un dato ínfimo para sus 13,5 millones de habitantes y el menor desde la II Guerra Mundial pese a la explosión demográfica que vive desde entonces la capital.
Aún así, la región de Tokio cuenta con la mayor tasa de matrimonios del país con unas 6,6 parejas por cada 1.000 personas, frente al promedio nacional de unas 5 por cada millar.
Junto con la débil tasa de natalidad del país asiático y el acelerado envejecimiento demográfico, el hundimiento de los matrimonios plantea un grave quebradero de cabeza para el Gobierno y presenta un sombrío futuro para la tercera economía mundial.
El propio Ejecutivo de Tokio ha organizado a comienzos de marzo el simposio «Enmunsubi 2017» («Día de los matrimonios 2017»), donde se han discutido posibles medidas del sector público y privado que favorezcan los casamientos.
Cada noche se celebran en todo el país centenares de «machikon» que pueden consultarse en diversos portales web, cuyos requisitos de asistencia van desde el rango de edad hasta una altura mínima o ciertos niveles de ingresos, y en ocasiones organizados bajo motivos temáticos como el manga o el arte.
Kanda, sin embargo, se marchó del evento al que asistió decepcionada por no haber logrado ningún «match». «Si tuviera que puntuar a los candidatos del 1 al 10, ninguno de ellos pasó del 3,5» comenta entre risas.
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