Cuando uno lee o escucha que han arrestado a un yakuza, imagina que fue por un asesinato o un acto de violencia, pero no por abrir una oficina cerca de un colegio, como le pasó a Makoto Suehiro.
El hombre de 75 años, líder de la banda Goda-ikka, dirigió entre noviembre y diciembre del año pasado una oficina en la ciudad de Shimonoseki, prefectura de Yamaguchi, situada a menos de 200 metros de una escuela de primaria, violando una ley local.
Suehiro y otros dos hombres fueron arrestados, informó Tokyo Reporter.
Los tres pueden enfrentar un castigo de hasta un año de cárcel y una multa de 500.000 yenes (4.420 dólares).
Goda-ikka cuenta con unos 230 miembros y es la banda yakuza más grande de Yamaguchi. (International Press)
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