Durante seis meses desde julio de 2014, la policía de Tokio rastreó las actividades de dos hombres sospechosos de robo, un desempleado de 42 años y un operador en el negocio de la construcción de 44, gracias a los transmisores GPS que colocó en ocho vehículos conducidos por ambos sujetos.
El Tribunal de Distrito de Tokio determinó que la policía violó la ley al actuar sin orden judicial, informó Mainich Shimbun.
El juez encargado del caso dijo que la policía debería haber obtenido una orden pues su proceder podría haber violado la privacidad de los acusados.
Además, remarcó que las investigaciones que utilizan estos dispositivos deben contar con una orden judicial.
Sin embargo, decidió aceptar como prueba la información que la policía recogió a través de los GPS al considerar que la ilegalidad de su investigación no era tan grave.
El juez hizo hincapié en que hay fuertes sospechas de que los dos acusados son ladrones.
Los sospechosos se han declarado inocentes. (International Press)
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