Los padres de Nie Shubin, un joven chino que fue ejecutado en 1995 por un delito que no había cometido y que fue exonerado a principios de este mes por la Justicia, han pedido una indemnización de 13 millones de yuanes (2 millones de dólares), informó hoy la prensa oficial.
De acuerdo con el diario Global Times, los abogados de la familia han presentado la solicitud ante el Alto Tribunal Popular de Hebei, pidiendo compensaciones separadas por la muerte de Nie, la privación de libertad que sufrió, y los daños psicológicos y los costes legales que tuvieron que afrontar los padres de Nie.
En la solicitud de indemnización, los padres de Nie denuncian especialmente el daño psicológico sufrido durante más de dos décadas, en las que «fueron objeto de burlas y vistos como los progenitores de un asesino y violador».
Nie fue condenado en 1995 por la violación y el asesinato de una mujer en las afueras de Shijiazhuang, la capital provincial de Hebei, y se le ejecutó un mes después de que se dictara la sentencia, cuando él tenía 21 años, después de haber pasado 216 días detenido.
La familia también solicita a los tribunales de Hebei, provincia vecina a Pekín, una disculpa pública por haber dañado la reputación de Nie y de sus padres.
Nie confesó el crimen a los pocos días de su arresto, si bien al parecer lo hizo tras haber sufrido torturas y agresiones bajo custodia, según admitió la sentencia del Tribunal Popular Supremo de China que revocó la condena el pasado 2 de diciembre.
Su caso se reabrió en 2005, cuando otra persona llamada Wang Shujin confesó haber cometido el crimen por el que Nie fue condenado.
Amnistía Internacional (AI) denuncia que la tortura sigue formando parte de la rutina policial en China, un país con un altísimo porcentaje de condenas y la nación con más ejecuciones del mundo, según grupos en defensa de los derechos humanos.
En 2014, la familia de otro reo ejecutado por un crimen que no había cometido, Hugjiltu (de etnia mongol), recibió una compensación de 2,06 millones de yuanes (297.000 dólares) 18 años después de que la pena capital se aplicara a su hijo, cuando éste tenía sólo 18 años. EFE
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