Antonio Martín Guirado / EFE
Siendo niño, Diego Luna creció amando películas como «Star Wars: A New Hope», a pesar de que no se viera reflejado en ellas. Ahora, convertido en el primer protagonista mexicano de la saga galáctica con «Rogue One», celebra que el cine actúe como «espejo de la realidad».
«Que yo sea uno de los protagonistas habla de que el mundo está cambiando», dijo en una entrevista con Efe él, nacido en Ciudad de México.
«El público está mandando un mensaje claro de que quiere sentirse representado», añadió el intérprete, sentado en un salón de la productora Lucasfilm, con vistas al Palacio de Bellas Artes de San Francisco (California).
«Crecí viendo películas que no contaban historias parecidas a la mía», declaró el artista de 36 años. «Hoy, en cambio, los niños y jóvenes que vean esta cinta verán la representación de un mundo multirracial, multicultural y donde el rol de la mujer es distinto. Verán algo más cercano a su realidad, donde la pantalla funciona como el espejo que nos refleja. Y eso me da mucho gusto», agregó.
«Rogue One: A StarWars Story», dirigida por el británico Gareth Edwards («Godzilla») y de estreno el próximo día 16 en EE.UU., es el primer proyecto derivado de la multimillonaria saga galáctica creada por George Lucas.
El filme se desarrolla antes de los hechos de la cinta original -«A New Hope», el episodio IV- y cuenta la historia de unos héroes improbables que unen sus esfuerzos para robar los planos de la Estrella de la Muerte, la temible herramienta del Imperio para aniquilar planetas.
El estudio Walt Disney, que el año pasado optó por no mostrar nada de «The Force Awakens» a la prensa, decidió enseñar esta vez únicamente 30 minutos de metraje, evitando así que se filtren secretos o revelaciones decisivas del filme, una estrategia que cuenta con el beneplácito de Luna.
«Yo lo celebro», reconoció el actor. «Cuando me senté a ver ‘The Force Awakens’, nadie sabía qué iba a ver y yo llevaba un año trabajando con ellos. El nivel de expectativa era abrumador. En este mundo enloquecido que vivimos, donde se está perdiendo la sustancia y se vive mucho en la superficie, eso es reseñable», valoró.
En opinión del intérprete, en la actualidad la gente acude al cine con una opinión preestablecida sobre lo que va a ver debido a la cantidad de material previo que recibe, ya sea en forma de avances, clips, tráilers o críticas.
«De pequeño, yo iba al cine a sorprenderme. Y Disney está recuperando un poco ese aspecto. Más allá de las razones comerciales, se trata de recuperar la magia perdida. Hoy día, todo el mundo quiere compartir las cosas antes de experimentarlas y el riesgo que se corre es muy grande», indicó Luna.
El actor vio la película junto al resto del reparto hace tres días en el rancho Skywalker, situado en Nicasio (condado de Marin, California).
«Se me quitó un peso de encima al verla», confesó el mexicano.
«Nunca fui parte de un proyecto que tanta gente quiere ver y desea que le guste. En cierto sentido, la gente busca volver a conectar con aquella primera película de la que se enamoró. Y, en mi caso, fue ‘A New Hope'», indicó en alusión a la primera cinta de la franquicia, estrenada en 1977.
Luna encarna en el filme al capitán rebelde Cassian Andor, un oficial de inteligencia encargado de la vigilancia de Jyn Erso (Felicity Jones), la joven que tratará de desbaratar los planes de un Imperio donde comienza a ganar poder el malvado Darth Vader.
El reparto lo completan Ben Mendelsohn, Donnie Yen, Mads Mikkelsen, Alan Tudyk, Riz Ahmed y Forest Whitaker.
«La película habla de la búsqueda por la libertad y por vivir en una sociedad más inclusiva, en un mundo donde seamos más iguales y donde se celebren nuestras diferencias», reflexionó Luna, que destacó el hecho de que los héroes de la cinta «no tienen superpoderes sino que son de carne y hueso».
«Estos personajes representan a la gente. El pueblo toma control y se involucra. Son simplemente hombres y mujeres que dejan sus diferencias a un lado y que están dispuestos a arriesgarlo todo por el bien común. Esa metáfora nos viene muy bien y se vuelve muy pertinente para nuestra sociedad actual», apuntó.
En mayo, varias informaciones apuntaron a que la producción había encallado y que el estudio no estaba satisfecho con el tono de la película, por lo que encomendaron al cineasta Tony Gilroy que ayudara a enmendar el rumbo.
Pero Luna quiso quitar hierro al asunto.
«Yo no aprecié un cambio de tono», reconoció. «Con estas películas, todo se magnifica y se saca de contexto. En mi contrato decía que habría unas semanas de rodaje extra en la época donde se hicieron. Es algo que se contempló desde el principio», manifestó.
«Lo importante ahora», continuó Luna, es «escuchar la voz del público».
«Para mí, el éxito no son los boletos que se venden, sino ver cómo responde la gente y que me afecten sus reacciones. Para eso hacemos películas. Para conectar con los demás», finalizó.
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