Personal de guardería, empleo mal pagado pero con mucha demanda en Japón

Grave escasez de personal, sobre todo en Tokio

Mientras más mujeres con hijos pequeños se reincorporan al mercado laboral en Japón, más guarderías se necesitan. La promoción del empleo femenino es pieza clave de la estrategia de crecimiento del gobierno de Japón, que busca compensar la caída de la fuerza laboral sumando a más mujeres.


El problema es que las guarderías no encuentran suficiente personal para atender la creciente demanda. El problema es particularmente grave en Tokio, donde por cada profesor de guardería en busca de trabajo hay 3,69 puestos de trabajo.

¿Resultado? Largas listas de espera para conseguir cupo en estos establecimientos. 23.553 niños estaban en lista de espera en abril, 386 más que un año atrás. El gobierno espera reducir la cifra a cero en el año fiscal 2017.

Por ello, existe una fuerte competencia entre municipios nipones para atraer a personal de guardería, revela la agencia Kyodo.


Para sacar ventaja a sus competidores, muchos ofrecen incentivos como mayores ingresos o apoyos en el alquiler de viviendas y gastos de desplazamiento.

La ciudad de Funabashi (Chiba) ofrece aproximadamente 32.000 yenes (317 dólares) por mes en pago extra y bonificaciones anuales de 69.000 yenes (684 dólares).

Además, proporciona préstamos estudiantiles de 30.000 yenes (298 dólares) al mes que no tienen que ser devueltos si el estudiante trabaja en los centros de atención infantil de la ciudad durante un cierto período de tiempo.


La medida está funcionando, pues Funabashi ha logrado reducir el número de niños en lista de espera a 422 (203 menos). En contraste, en la vecina ciudad de Ichikawa la cifra ha subido a 514 (141 más).

Para competir con Funabashi, la ciudad anunció como medida de emergencia el pago de 100.000 yenes (casi 1.000 dólares) para cubrir los gastos de manutención de los profesores de guardería.


Un funcionario de Funabashi dijo que la competición por este tipo de profesionales se está volviendo “interminable”.

 

«Tenemos que estar atentos al estado de salud de los niños y además mantener una buena comunicación con los padres. Estamos obligados a tener una amplia gama de conocimientos y, sin embargo, el salario que recibimos es muy bajo», dice la frustrada profesora.

 

La localidad de Sue, prefectura de Fukuoka, ha elevado su asignación por gastos de viaje para personal de guardería temporal a un máximo de 10.000 yenes (casi 100 dólares), lo mismo que perciben los empleados regulares.

Un funcionario local explicó que es “casi imposible” encontrar profesores de guardería en el pueblo, motivo por el cual tienen que contratar a personas de localidades vecinas.

Mientras tanto, la ciudad de Tsukuba, Ibaraki, ofrece un máximo de 20.000 yenes (198 dólares) al mes en subsidios de alquiler.

Todo eso de los incentivos y subsidios suena muy bien, sin embargo, la cruda realidad es que el trabajo en guardería es mal remunerado en comparación con otras profesiones.

En 2015, su salario mensual promedio fue de 220.000 yenes (2.182 dólares), unos 110.000 yenes (1.091 dólares) menos que en otros sectores.

El alcalde de Ichikawa, Hiroshi Okubo, ha instado al gobierno central a elevar significativamente los salarios.

El gobierno de Japón anunció en mayo un incremento mensual de 6.000 yenes (casi 60 dólares) a partir del próximo año fiscal.

La cifra es a todas luces insuficiente. Un funcionario de la ciudad de Hamamatsu, Shizuoka, declara a Kyodo que “no ayudará a motivar a la gente a trabajar”.

En la misma línea se pronuncia un funcionario de la ciudad de Kasuga, Fukuoka, para quien el aumento no resolverá la escasez de personal. El monto no hace justicia al arduo trabajo en una guardería, subraya.

Para aterrizar en un caso concreto: una profesora de 32 años en Osaka con diez de experiencia en guarderías apenas gana 170.000 yenes (1.686 dólares) al mes.

«Tenemos que estar atentos al estado de salud de los niños y además mantener una buena comunicación con los padres. Estamos obligados a tener una amplia gama de conocimientos y, sin embargo, el salario que recibimos es muy bajo», dice la frustrada profesora.

Otro problema: las diferencias regionales. El ingreso anual promedio de los profesores de guardería en Okinawa es más de un millón de yenes (casi 10.000 dólares) menor que el de los que trabajan en las prefecturas que más pagan.

En fin, por lo expuesto, queda claro que 6.000 yenes de aumento no solucionan nada. El gobierno de Japón tiene que hacer mucho más. (International Press)

 


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