La gran mayoría recibió dosis muy leves de radiación
La radiación emanada del accidente nuclear de Fukushima no ha tenido un impacto significativo sobre la salud de los habitantes de las zonas más próximas la planta, según un informe elaborado por expertos sanitarios nipones.
La gran mayoría de estos ciudadanos recibieron dosis muy leves de radiación desde la catástrofe acaecida hace casi cinco años, y no presentan una mayor prevalencia de enfermedades relacionadas con la radiactividad, según las conclusiones del estudio dirigido por el profesor Koichi Tanigawa, de la Universidad Médica de Fukushima.
No obstante, el informe muestra un marcado incremento de las patologías psiquiátricas a raíz del accidente, así como un notable aumento de otras enfermedades entre las personas que se vieron obligadas a abandonar sus hogares tras decretarse la orden de evacuación en las proximidades de la planta.
El estudio, presentado por Tanigawa en rueda de prensa, se basa en datos médicos recopilados tras el accidente causado por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo de 2011 y hasta 2014, y fue realizado a petición del Gobierno de la prefectura nipona de Fukushima.
«Afortunadamente, podemos decir que hasta la fecha no ha habido ningún impacto apreciable de la radiactividad en la salud pública de la zona», afirmó Tanigawa, quien también destacó la necesidad de «continuar analizando la situación para observar posibles efectos a más largo plazo».
Entre los residentes de Fukushima, la incidencia de enfermedades como la leucemia, del cáncer de mama, de tiroides y de otros tipos es «equivalente a la de otras zonas de Japón», señaló este experto.
El informe incluye datos de las dosis de radiación que recibieron los habitantes de las localidades más cercanas a la planta antes, durante y después del proceso de evacuación.
Los niveles de radiactividad a los que resultaron expuestos los ciudadanos de esta zona fueron «extremadamente bajos», ya que en una amplia mayoría de los casos (el 60 por ciento) se sitúan por debajo de 1 milisevert por año, dentro de los límites considerados seguros por los organismos internacionales, destacó el experto.
Al margen de las enfermedades vinculadas a la radiación, se ha observado un agudo incremento del síndrome de estrés postraumático, de la ansiedad crónica, de la depresión y de otros desórdenes mentales entre la población de Fukushima.
La proporción de personas con patologías psiquiátricas se situó en un 14,6 por ciento entre los ciudadanos de esta prefectura nipona entre 2011 y 2013, muy por encima de la cifra de las otras zonas del país más afectadas por el terremoto y el tsunami de marzo de 2011 (6,2 por ciento) y de la media nipona (4,6 por ciento).
Asimismo, el informe refleja un «deterioro preocupante» en las condiciones de salud de las 165.000 personas que fueron evacuadas a raíz de la catástrofe, y entre los cuales cerca de 70.000 continúan sin poder volver a sus hogares a día de hoy, señaló Tanigawa.
Los casos de obesidad, diabetes, disfunción hepática e hipertensión aumentaron «de forma significativa» entre los evacuados, algo que los expertos achacan a los cambios drásticos en el estilo de vida y la dieta de las personas desplazadas a alojamientos temporales. (EFE)
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