Agencia de viajes en Osaka tiene éxito huyendo de los tópicos
No todos los extranjeros que hacen turismo en Japón quieren comer sushi o tempura. No todos quieren sumergirse en un onsen. No todos quieren visitar templos o santuarios. No todos están interesados en la cultura tradicional de Japón.
Comprender que los turistas extranjeros no son un colectivo homogéneo con las mismas preferencias y desprenderse de tópicos ha contribuido a que la agencia de viajes Freeplus, con sede en Osaka, se haya expandido rápidamente en el último lustro.
Freeplus se lanzó al mercado en 2010. Actualmente, atiende a unos 60.000 turistas de 18 países por año, mientras que sus ventas ascienden a 1.860 millones de yenes (15 millones de dólares), 15 veces más que cuando recién empezó, revela el diario Nikkei.
Para los próximos diez años, se ha fijado una ambiciosa meta: subir sus ventas a 100 mil millones de yenes (810 millones de dólares).
¿Qué diferencia a Freeplus de sus rivales? Su capacidad de adaptación. Su flexibilidad. Una vez la firma organizó un tour para un grupo de indios que siguen el jainismo, una religión que impide el consumo de carne. Una importante agencia de viajes grande los había rechazado.
Debido a que los tours para los asiáticos tienden a ser más chicos y ofrecen menos ingresos que aquellos que brindan a occidentales, para las grandes agencias de viajes de Japón son actividades con escasa ganancia que dejan de lado, situación que aprovecha Freeplus.
“Muchos aquí piensan que los extranjeros quieren comer comida japonesa todo el tiempo, pero no es así. No hay necesidad de servir siempre sushi y tempura a los turistas extranjeros en Japón»
Además, mientras las grandes empresas piden una o dos semanas para elaborar estimaciones de costos para sus itinerarios, Freeplus las tiene en un día. Y asegura que la calidad de sus paquetes es similar a la de las grandes compañías.
Todo esto revela cómo Freeplus sabe adaptarse para satisfacer las necesidades de segmentos específicos ignorados por otros. Ahora, la compañía está tratando de aprovechar la creciente demanda de viajes a Japón desde Dubái y otras partes del Medio Oriente.
A través de su experiencia y estudios, Freeplus ha descubierto la diversidad de turistas que visitan Japón. Por ejemplo, la idea de que estos tienen interés por la cultura y las tradiciones japonesas es en gran parte infundada.
La agencia preguntó a turistas tailandeses que visitaron Japón qué comida les había gustado más. No fue el sushi, tampoco el sashimi, sino el yakiniku.
Un turista sin interés por el sushi respondió que “come mucho arroz en Tailandia”. ¿Soba? “Los fideos tailandeses saben mucho mejor», dijo. ¿Qué le impresionó particularmente de Japón? ¿Los templos? ¿El Monte Fuji? No, los muros de nieve en la ruta alpina Tateyama Kurobe en las prefecturas de Toyama y Nagano.
Otro tailandés dijo que lo que más disfrutó fue jugar videojuegos en una sala de juegos en Tokio. A los indios no les interesa mucho la comida japonesa. Los vietnamitas no comen tempura y les desagrada dormir en tatami. Volviendo a los tailandeses, al 40 % de ellos no les gusta el onsen.
“Muchos aquí piensan que los extranjeros quieren comer comida japonesa todo el tiempo, pero no es así. No hay necesidad de servir siempre sushi y tempura a los turistas extranjeros en Japón», declara Kentaro Suda, CEO de la agencia, a Nikkei.
Entre sus 90 empleados, Freeplus tiene personal de once países. Eso le permite entender mejor al visitante extranjero. Para turistas indios tiene un empleado indio, por ejemplo.
El crecimiento de la agencia es notable. Sus ventas en China han subido un 263 % interanual, mientras que en Filipinas y la India han aumentado 491 % y 331 %.
Este año se batirá el récord de turistas extranjeros en Japón. Se estima que la cifra de visitantes superará los 19 millones. Un campo enorme para que Freeplus siga avanzando atendiendo a turistas que no necesariamente quieren comer sushi o tempura. (International Press)
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