Además de Raúl también colgó las botas el hispanobrasileño Marcos Senna.
El Cosmos de Nueva York se adjudicó hoy el campeonato de la Liga Norteamericana de Fútbol al derrotar por 3-2 al Fury de Ottawa en un partido que representó la despedida como jugador del exmadridista Raúl.
Aunque la semifinal del pasado 7 de noviembre Raúl se apuntó uno de los dos golpes que le permitieron al Cosmos llegar a la final tras derrotar por 2-1 a los Strikers de Fort Lauderdale (Florida), en esta ocasión no tuvo la misma suerte.
Los goles los acaparó para el Cosmos el argentino Gastón Cellerino, quien junto con el estadounidense Walter Restrepo dominaron la punta del equipo neoyorquino, apoyados por el exmadridista, fiel al número 7 en la espalda.
Los goles llegaron pronto, primero para el Cosmos, en el minuto 8, cuando Cellerino aprovechó un fallo de la defensa canadiense y, después de rebasar a dos defensas rivales, tiró a puerta a corta distancia.
Tuvo que pasar mucho tiempo para que cambiara el marcador, y fue a iniciativa del Fury, gracias al delantero Tom Heinemann, que marcó el 1-1- y despertó las esperanzas canadienses poco después de que fuera echado de la cancha su compañero Mason Trafford por pisar a Daniel Szeleta.
Pero la esperanza canadiense duró poco, ya que dos minutos después Cellerino, en una jugada confusa bajo los palos tras un remate de Restrepo, anota el 2-1 con un ligero toque al balón hasta las mallas, aunque existen dudas sobre si realmente fue un autogol.
En medio de los nervios canadienses y con un jugador menos, Cellerino pareció sentenciar el campeonato en el minuto 85, y marcó el 3-1 gracias a un pase largo que recibió, muy bien colocado, y que pilló adelantado al portero canadiense.
La suerte no estaba echada todavía, porque en el minuto 90, Heinemann de nuevo remata dentro del área y colocó el marcador en el definitivo 3-2, dos minutos después de que Cellerino, el héroe de la noche, se retirara de la cancha cojeando.
Cuando termine la temporada, veré a qué puedo seguir ligado y qué proyectos me convienen más, pero estoy abierto a una nueva vida y diferente, dijo Raúl…
Raúl González Blanco, de 38 años, jugador del Real Madrid durante dieciséis años y que llegó a Nueva York el año pasado, procedente del fútbol catarí, tuvo una actuación de apoyo, discreta, después de haber marcado ocho goles durante la temporada regular.
En una rueda de prensa como jugador del Cosmos el pasado 27 de octubre, Raúl dijo que estaba abierto a «muchas posibilidades» tras colgar sus botas en Nueva York, aunque, de momento, seguirá viviendo en esta ciudad con su familia.
«Cuando termine la temporada, veré a qué puedo seguir ligado y qué proyectos me convienen más, pero estoy abierto a una nueva vida y diferente», afirmó Raúl.
Además de su despedida también colgó sus botas el hispanobrasileño Marcos Senna, quien tuvo una actuación discreta en el último encuentro como jugador en activo.
Tanto Raúl como Senna fueron despedidos esta noche por sus compañeros de equipo alzados en el aire varias veces, justo cuando terminó el encuentro y antes de que el Cosmos recibiera la copa del campeonato, en medio de muestras de cariño.
El Cosmos de Nueva York llegó a la final de la Liga Norteamericana de Fútbol (NASL, en inglés) después de un buen año, ya que se coronó en líder de la temporada de primavera y ocupó el tercer puesto en la de otoño.
Esa liga profesional integra a once equipos de Estados Unidos y Canadá, aunque para la próxima temporada se integrarán tres más, incluyendo un conjunto de Puerto Rico.
Esta es la segunda temporada en la que se celebra una etapa final con cuatro equipos. En 2013 se enfrentaron en la final los campeones de la temporada de primavera y otoño, y fue precisamente el Cosmos el que se coronó campeón.
El año pasado le tocó la copa a los Scorpions de San Antonio (Texas).
La principal es la Liga Mayor de Fútbol (MLS, en inglés), en la que compiten veinte equipos de la confederación este y la oeste.
El partido entre el Cosmos de Nueva York y el Fury de Ottawa se disputó en el estadio «James M. Shuart», de la localidad de Hempstead, al este de la ciudad de Nueva York, con una presencia de 10.166 aficionados.
Al comienzo del encuentro se guardó un momento de silencio por las víctimas de los atentados en París. EFE
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