Gobierno promete el máximo apoyo posible a la población afectada
Las graves inundaciones registradas desde el jueves en el este y el noreste de Japón han causado al menos cuatro muertos y hay 23 personas desaparecidas, según los últimos datos ofrecidos por las autoridades niponas.
La catástrofe natural ha sido originada por el paso del tifón Etau, que llegó al archipiélago nipón el pasado miércoles y desde entonces ha causado lluvias torrenciales, crecidas de ríos y corrimientos de tierra en varias zonas del centro, el este y el noreste del país.
Las áreas más castigadas han sido las prefecturas de Ibaraki (este) y Miyagi (noreste), donde se registraron niveles récord de precipitaciones que dieron lugar al desbordamiento de dos ríos y a la inundación de amplias zonas habitadas.
En la localidad de Joso (Ibaraki), la súbita ruptura de un dique del río Kinugawa el jueves arrasó una zona residencial cercana y anegó un área total de 32 kilómetros cuadrados, lo que afectó a unos 6.500 hogares.
Unas 22 personas continúan desaparecidas en la localidad, donde continúan las tareas de rescate emprendidas por 2.000 efectivos de la Policía, los bomberos y las Fuerzas de Auto Defensa (Ejército) de Japón, con la ayuda de 12 helicópteros y unas 40 embarcaciones.
En la colindante prefectura de Tochigi, una anciana de 63 años falleció el jueves tras quedar sepultada su casa por un corrimiento de tierra, mientras que el viernes falleció un joven de 20 años originario de la misma región, que se encontraba en coma desde la víspera tras caer a una cañería.
Asimismo, las lluvias torrenciales en Miyagi causaron el desbordamiento del río Shibui, que inundó un área residencial en la localidad de Osaki y dejó atrapados en sus casas a unos 80 vecinos, según informó la agencia local Kyodo.
Las autoridades locales también solicitaron la ayuda de las tropas niponas para rescatar a los residentes de la zona, donde se produjo además la muerte de una mujer de 64 años cuyo vehículo resultó arrastrado por el agua, y la desaparición de un hombre de 62 años en las mismas circunstancias.
Entre el jueves y el viernes, la Agencia Meteorológica de Japón (JMA) decretó la alerta máxima en Ibaraki, Tochigi y Miyagi debido a las precipitaciones extraordinarias, que en esas prefecturas han duplicado los niveles habituales para todo septiembre en 48 horas.
La ministra nipona encargada de Desastres, Eriko Yamatani, afirmó que el Gobierno de Tokio ofrecerá «el máximo apoyo posible a la población afectada» y señaló que se tomarán todas las medias necesarias para cubrir sus necesidades básicas, en declaraciones recogidas por Kyodo.
La catástrofe también ha causado interrupciones en líneas ferroviarias locales y en algunos tramos del servicio de alta velocidad (Shinkansen), además de la suspensión de la actividad en varias fábricas de las regiones afectadas, como es el caso de las tres plantas de Toyota en las prefecturas de Miyagi e Iwate.
El desastre natural ha sido causado por el tifón Etau, convertido en ciclón extratropical (tormenta de baja presión atmosférica) tras su llegada el miércoles al archipiélago nipón. (EFE)