
Aunque era un devoto católico, siempre justificó el ataque nuclear
El piloto del bombardero estadounidense que lanzó la bomba atómica sobre Nagasaki el 9 de agosto de 1945 pidió al papa Juan XXIII que apoyara a las víctimas del ataque nuclear, reveló la agencia Kyodo.
Charles Sweeney era un devoto católico y se reunió con el papa en privado a principios de la década de 1960.
El hombre que pilotó el B-29 Bockscar que arrojó la bomba atómica hizo donaciones a un orfanato católico en Nagasaki debido a su preocupación por los huérfanos de la guerra después de visitar la ciudad en septiembre de 1945.
Esta revelación fue hecha a Kyodo por la hija y el hermano del piloto.
Sin embargo, Sweeney, que falleció en 2004 a los 84 años, siempre sostuvo que el ataque atómico había sido necesario para ponerle fin a la II Guerra Mundial.
Uno de sus hijos declaró entonces que su padre pensaba que tenía que cumplir una delicada misión y que no podía fallar. «Mi padre estaba sereno y en calma. Volar era su vida y pilotaba todo, desde bombarderos hasta cazas de combate», dijo en declaraciones recogidas por el diario El Mundo.
Se estima que la bomba mató instantáneamente a 70.000 personas en Nagasaki. (International Press)
Descubre más desde International Press - Noticias de Japón en español
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.