Residentes llamaban a la policía para quejarse de él
Yasuhiro Kimino, el sujeto de 47 años que fue arrestado en Kobe por la policía por la desaparición y muerte de Mirei Ikuta, no se caracterizaba por su discreción o perfil bajo, de acuerdo con los testimonios de sus vecinos, informó Yomiuri Shimbun.
Todo lo contrario, a menudo el hombre tenía problemas con los ocupantes del edificio de apartamentos donde residía, ubicado a 50 metros de la zona donde la policía halló las bolsas que contenían los restos desmembrados de la niña de 6 años y a 150 m de la casa de su abuela.
Kimino, que vivía en el segundo piso, solía gritarles a sus vecinos. Además, hacía mucho ruido, tanto así que a veces estos llamaban a la policía para quejarse.
Con frecuencia el hombre se emborrachaba, tomaba medicamentos (aparentemente somníferos) y se le veía caminar con el torso desnudo.
Los vecinos no recuerdan con exactitud cuándo se mudó Kimino, calculan que uno o dos años atrás. Les contó que había perdido mucho dinero realizando operaciones financieras.
El hombre tenía predilección por los gatos, un dato importante pues se cree que habría logrado atraer la atención de la niña usando estos animales, que también le gustaban a ella.
Una vecina le dijo a Yomiuri que cuando la pequeña veía un gato en la calle lo perseguía feliz.
El día en que se mudó, Kimino le dijo a uno de los residentes, que tenía ocho gatos, que los quería. El vecino le dio dos.
De acuerdo con la prensa japonesa, el hombre se ha rehusado a declarar sobre el crimen. (ipcdigital)