También dejará de recomendar a los japoneses que se abstengan de viajar a ese país
El Gobierno de Japón aprobó hoy levantar las sanciones unilaterales que mantenía sobre Corea del Norte en materia de desplazamientos y envío de remesas entre ambos países tras certificar que Pyongyang investigará los secuestros de japoneses que llevó a cabo hace décadas.
Tras la reunión del Gabinete, el Gobierno de Shinzo Abe ha certificado que el comité que Corea del Norte ha formado para estudiar los secuestros está suficientemente capacitado para resolverlos.
Por ello, ha aceptado retirar parte de las restricciones impuestas sobre el país vecino en 2006 como castigo por varios lanzamientos de misiles de largo y medio alcance llevados a cabo por parte del régimen de los Kim.
De este modo, ya no será necesario solicitar autorización al Gobierno nipón para enviar una cantidad de dinero a Corea del Norte superior a 3 millones de yenes (21.585 euros/29.375 dólares) ni para llevar más de 100.000 yenes (720 euros/980 dólares) cuando se viaje al país vecino.
Tampoco se impedirá como norma general la entrada de norcoreanos en Japón, así como la reentrada al país de los residentes en Japón vinculados a la asociación Chongryon -considerado el órgano que representa de facto a Corea del Norte ante el Gobierno nipón- que viajen al hermético Estado comunista.
Del mismo modo, la Administración japonesa dejará de recomendar a sus ciudadanos que se abstengan de viajar a Corea del Norte y permitirá que amarren en puerto nipón embarcaciones norcoreanas siempre que sea por motivos humanitarios.
Esto excluye en principio al ferri Mangyongbong-92, que conectaba el puerto norcoreano de Wonsan (suroeste) con el de Niigata, en el noroeste de Japón, y que entre 1992 y 2006 supuso la única conexión directa para viajar entre los dos países.
Los miembros de Chongryon han pedido sin éxito a Tokio que permita que el barco vuelva a operar por motivos humanitarios, ya que este transbordador era para muchos de los adscritos a la organización el único medio para visitar a sus familias en Corea del Norte.
En lo que respecta al resto de sanciones que fueron impuestas en 2006 tras el lanzamiento de misiles al Mar de Japón, el Gobierno nipón seguirá impidiendo el intercambio comercial entre los dos países y también el aterrizaje en suelo japonés de cualquier avión que haya sido fletado en Corea del Norte.
Tokio sostiene que entre 1977 y 1983 al menos 17 ciudadanos nipones (de los cuales solo cinco han regresado a Japón) fueron secuestrados por Corea del Norte para impartir lecciones de cultura e idioma en sus programas de adiestramiento de espías.
Ambos países acordaron en mayo que Tokio rebajaría parte de sus sanciones si Pyongyang articulaba una investigación minuciosa para resolver el tema de los cautivos. (EFE)
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