EE. UU. desperdicia oportunidad de clasificar a octavos
Antonio Torres del Cerro / EFE
A pase de Cristiano Ronaldo, Silvestre Varela salvó el pellejo de Portugal a los 94 minutos y se mantiene con esperanzas de pasar a octavos de final del mundial, mientras que Estados Unidos desperdició la oportunidad de avanzar directamente.
Cuando estaban haciendo las maletas, los portugueses igualaron a dos gracias a un centro preciso de Ronaldo y a un remate de Varela, que había ingresado en el minuto 69.
Los Estados Unidos, pujantes físicamente, había dado la vuelta el tanto de Nani a los 5 minutos gracias a Jermaine Jones (m.64) y Clint Dempsey (m.81).
En un partido celebrado en la sofocante Manaos, en el Amazonas brasileño, la Portugal de Ronaldo, con un punto, ahora debe prepararse para golear a Ghana, también con uno, en la última jornada y esperar a que Alemania, con cuatro puntos, golee a Estados Unidos, también con cuatro.
Los lusos firmaron un encuentro mustio frente a un rival que hizo saña por el costado izquierdo.
Nada más abrir hostilidades, los portugueses hallaron la recompensa más por demérito del contrario que por méritos propios.
Un centro vulgar de Miguel Veloso lo despejó de forma tan deficiente Geoff Cameron que asistió a Nani. El extremo del Manchester United fusiló en el minuto 5 a un Howard que ya se había vencido.
Para una selección que venía de ser golpeada por Alemania (4-0) en su primer partido del Mundial no podría haber mejor antídoto, pero los chicos de Paulo Bento se empeñaron al contradecir la lógica, algo que parece que los lusos tienen en su ADN.
A partir del gol, hubo media hora de dominio nítido de Estados Unidos, sobre todo cuando Bradley y Dempsey conectaban. O cuando el lateral diestro Johnson se aprovechó de la ausencia del lateral zurdo Fábio Coentrao y la participación del joven André Almeida.
La ocasión más clara, un balón interior de Bradley y un remate escorado de Dempsey. Beto cerró el espacio del delantero y defendió con el cuerpo.
Ronaldo, que se movió por todo el frente de ataque a su antojo, demandó los focos pasada la media hora. Primero, en un remate lejano y, después, en su versión solidaria. Asistió a Nani al borde del descanso y su disparo lo repelió el poste de Howard.
El rechace lo enganchó Éder, reemplazo en el minuto 17 del lesionado Hélder Postiga, otra contrariedad para Portugal, y Tim Howard estiró el brazo a contra pie para evitar el gol.
Descontento con el rendimiento defensivo del costado izquierdo y con la consistencia del centro del campo de su selección, el técnico Paulo Bento retiró al lateral André Almeida y dio espacio al mediocentro William Carvalho.
Miguel Veloso, medio de raíz, se colocó como defensa zurdo, una posición que ya ocupó hace cinco temporadas, en su época de jugador del Sporting de Lisboa.
Un balón a la espalda de los defensores lusos propició otra internada del lateral diestro Johnson. Su pase atrás lo enganchó Bradley, quien, a puerta vacía, le negó el gol en la línea de meta Ricardo Costa.
Físicamente superiores a los portugueses, los estadounidenses se crecieron. Los balones divididos eran de ellos y la banda izquierda lusa, una oportunidad para hacer más daño. Y abrieron espacios para el contraataque luso. Ronaldo, servido por Éder, chutó arriba.
Sin embargo, los esforzados muchachos de Klinsmann respondieron. Un rechace en un córner, lo controló Jones sin oposición, se acomodó el disparo y acribilló a Beto.
El empate, en el minuto 64, excitó a Portugal. Nani, desde la derecha, centró y a Raúl Meireles le cayó el rechace. Su remate de volea lo despejó Howard a córner. Otra vez por el extremo del United se sucedieron ocasiones.
Pero Estados Unidos vio espacios en el rival. Otra vez por el costado zurdo. Yedlin centró para Bradley, quien habilitó a Zusi. En vez de rematar, optó por el centro que encontró, al borde del fuera de juego, la barriga de Dempsey. El 2-1 echaba a los portugueses.
Pero como en el Europeo del 2012, Silvestre Varela, a pase de Ronaldo, cabeceó a los 94 minutos para salvar el pellejo a los suyos, aunque los lusos necesitarán una carambola para pasar.