Abe busca resolver el espinoso asunto de los secuestros de ciudadanos japoneses
Japón y Corea del Norte celebrarán en Pekín el 30 y el 31 de marzo la primera reunión entre altos representantes de sus respectivos Gobiernos desde noviembre de 2012, informó la Cancillería nipona.
Será el primer diálogo entre los Gobiernos de ambos países -que no mantienen relaciones diplomáticas- desde la llegada al poder hace poco más de un año del primer ministro nipón, Shinzo Abe.
Abe ha insistido durante su mandato en la necesidad de resolver el espinoso asunto de los secuestros de ciudadanos japoneses perpetrados por el régimen norcoreano durante la década de 1970 y 1980.
El reinicio de las conversaciones se acordó durante un encuentro informal entre representantes diplomáticos de los dos países en el marco de unos encuentros de la Cruz Roja japonesa y norcoreana celebrados esta semana en la ciudad nororiental china de Shenyang.
En el encuentro en Pekín participarán Junichi Ihara, director general de la sección de Asia y Oceanía del Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón y Song Il-ho, embajador encargado de las relaciones de Pyonygang y Tokio.
Japón considera que el secuestro de ciudadanos es un asunto que impide normalizar las relaciones bilaterales con el régimen de Kim Jong-un.
Tokio sostiene que entre 1977 y 1983 al menos 17 japoneses fueron secuestrados por Corea del Norte para impartir lecciones de cultura e idioma en sus programas de adiestramiento de espías.
Hasta el momento solo cinco de ellos han podido regresar a su país y Pyongyang ha asegurado que el resto falleció o que ni siquiera ha pisado nunca suelo norcoreano, una versión de la que desconfía el Ejecutivo nipón.
El avance logrado esta última semana vino facilitado también por la reunión que tuvo lugar la pasada semana en Mongolia entre los padres de una ciudadana japonesa secuestrada hace casi tres décadas y una hija de ésta.
Los padres de Megumi Yokota, que fue secuestrada y llevada a Corea del Norte en 1977 cuando tenía 13 años y que según el régimen se suicidó en 1994, pudieron reunirse por primera vez con su nieta, de 26 años y residente en el país comunista. (EFE)