Nuevo gobernador de Banco de Japón busca lograr una inflación de 2 %
Versado en escenarios financieros internacionales y conocido defensor de una flexibilización monetaria agresiva, el nuevo gobernador del Banco de Japón (BOJ), Haruhiko Kuroda, asume el cargo con el reto primordial de acabar con la deflación.
Kuroda, de 68 años, volvió a recordar en una reciente entrevista con medios nipones que considera un fracaso la que ha sido la política monetaria del Banco Central nipón de la última década.
En declaraciones recogidas por la agencia Kyodo, el economista aseguró que la entidad «no ha cumplido correctamente con su deber» porque la deflación ha persistido en Japón durante los últimos 15 años.
En este sentido, afirmó que aún queda mucho espacio para impulsar el programa de compra de activos, que el BOJ emplea para inyectar liquidez al sistema y que constituye su principal herramienta de flexibilización dados los bajísimos tipos de interés (de entre el 0 y el 0,1 por ciento) que mantiene desde octubre 2010.
Durante la comparecencia parlamentaria realizada tras su nominación al cargo apuntó que el BOJ «debería adquirir bonos de deuda nipona a largo plazo», en vez de restringir estas compras a los títulos con un vencimiento de entre uno y tres años.
En definitiva, Kuroda ha dicho que si al BOJ se le permite llevar a cabo una flexibilización más agresiva, el objetivo de lograr una inflación del 2 por ciento internanual puede lograrse de aquí a unos dos años.
Nacido en la prefectura de Fukuoka y licenciado por la Universidad de Tokio, ingresó en el Ministerio de Finanzas en 1967 y después cursó estudios financieros en Oxford (Reino Unido).
En 1999 fue nombrado viceministro de Finanzas para Asuntos Internacionales y ya entonces reclamó la introducción de un objetivo inflacionista interanual concreto por parte del BOJ.
Desde este cargo, que ocupó hasta 2003, trabajó para implementar la «Iniciativa Chiang Mai», el fondo de seguridad diseñado para atajar una falta de liquidez en caso de crisis en cualquier país de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN), China, Corea del Sur o Japón.
Pero sobre todo, orquestó durante esos años varias intervenciones en el mercado de divisas con el objetivo de abaratar el yen y favorecer a las grandes empresas exportadoras, una medida ampliamente criticada por las principales economías mundiales y que le valió el apelativo de «Señor Divisa Asiática» en los medios.
Kuroda ocupó después un puesto docente en la universidad tokiota de Hitotsubashi, desde donde prosiguió sus críticas hacia la falta de contundencia del BOJ para evitar la caída de precios.
En esa misma época fue también nombrado como asesor del primer ministro Junichiro Koizumi, el único que ha logrado consolidarse como un jefe de Gobierno fuerte y querido en Japón en las dos últimas décadas.
Kuroda fue elegido para ocupar la presidencia del Banco Asiático de Desarrollo (BAD) en 2005, y fue reelegido en el cargo en 2006 y 2012. (EFE)