«Por el futuro de niños y adultos, por el futuro de todos», claman activistas
Miles de manifestantes pidieron el domingo en las calles del centro de Tokio poner fin a las centrales nucleares en Japón, en la víspera de que se cumplan dos años del tsunami que provocó en la central de Fukushima el peor accidente nuclear desde el de Chernóbil.
A la espera de que los organizadores y la policía de Tokio ofrezcan datos de participación, varias de las asociaciones antinucleares convocantes han hablado de «miles» de manifestantes en las redes sociales.
La marcha arrancó con un evento musical en el céntrico parque de Hibiya.
Desde ahí, los miembros de las decenas de agrupaciones distintas que tomaron parte en el acto, desfilaron por distintas avenidas que desembocan en la Dieta (Parlamento) al grito de «No queremos centrales nucleares», «Por el futuro de niños y adultos, por el futuro de todos» o «Detened los reactores de Oi».
Los reactores 3 y 4 de la central nuclear de Oi, en la prefectura de Fukui, son los únicos de entre los 50 que posee Japón que permanecen operativos tras el accidente de Fukushima.
Una vez delante del Parlamento, los activistas pronunciaron varios discursos en los que, por ejemplo, acusaron al gobernante Partido Liberal Demócrata (PLD) de querer reactivar todas las centrales de Japón y le instaron a dar marcha atrás.
El PLD, que fue reelegido con mayoría en las pasadas elecciones de diciembre, ha sido un impulsor tradicional de la energía atómica en Japón.
A diferencia del anterior Gobierno del Partido Democrático (PD), que prometió un país sin nucleares a partir de la década de 2030, el PLD no ha cerrado la puerta a la opción atómica y ha prometido estudiar la situación durante los próximos tres años.
El terremoto de 9 grados y posterior tsunami registrados el 11 de marzo de 2011, que dejó más de 19.000 muertos y desaparecidos en el noreste de Japón, provocaron en la central de Fukushima el peor accidente nuclear desde el de Chernóbil (Ucrania) en 1986.
Las emisiones radiactivas de la planta mantienen aún evacuadas miles de personas que vivían en torno a sus instalaciones y han afectado gravemente a la ganadería, la pesca y la agricultura local. (EFE)