Víctima murió arrollada por un tren en Osaka
La policía japonesa investiga la muerte de un niño de 11 años que fue arrollado anoche por un tren de cercanías en la provincia de Osaka, a la que supuestamente habría saltado de forma voluntaria tras dejar una nota de suicidio.
Aunque por el momento se desconocen las causas, según algunos testigos presenciales parece que el niño saltó a las vías en el momento en el que se acercaba el tren, mientras que la policía encontró en el lugar del suceso una nota que podría indicar su suicidio, informó hoy la agencia Kyodo.
Tras entrevistar a los padres y otras personas cercanas, la policía no cree por el momento que el niño sufriera el acoso de los compañeros de colegio u otros problemas de peso que pudieran haber motivado al pequeño a acabar con su vida, con lo que prosigue sus investigaciones para esclarecer el caso.
El suceso se produce después de que el pasado 23 de diciembre la madre de un estudiante de 17 años, también de la provincia de Osaka, encontrara a su hijo ahorcado en su habitación.
El día anterior, el preparador del equipo, de 47 años, abofeteó en público al joven, que era capitán del equipo de baloncesto masculino, con la intención de corregir los errores que cometió en el transcurso de un partido amistoso contra otro colegio.
Este caso extremo reavivó en Japón la polémica sobre los castigos corporales y la excesiva disciplina en los colegios y equipos deportivos del país, pese a los esfuerzos del Gobierno por erradicarlos.
El número de suicidios en Japón cayó en 2012 por debajo de los 30.000 por primera vez en los últimos 15 años, un 9,4 por ciento respecto al año precedente.
Según el informe publicado por la policía en enero, el año pasado se quitaron la vida en Japón 27.766 personas, de las que 19.216 fueron hombres.
Con cerca de 127 millones de habitantes, Japón está entre los primeros países del mundo en tasa de suicidios, que en este archipiélago no conllevan un estigma social y se consideran un pasaje a otra existencia, bajo la influencia del budismo.
En los últimos tres años el Gobierno japonés se ha gastado unos 10.000 millones de yenes (80 millones de euros) en campañas para promover asistencia psicológica a las personas que lo necesiten. (EFE)