Prueba nuclear norcoreana despierta temor a una escalada armamentística

Pyongyang habría encontrado un nuevo modo de fabricar armas atómicas


Atahualpa Amerise / EFE

Seúl y Washington prometieron reforzar la capacidad de sus misiles para contrarrestar la «grave amenaza» de Corea del Norte, lo que hace temer una escalada armamentística tras la prueba nuclear realizada por el régimen de Kim Jong-un.


«Hemos desarrollado misiles de crucero con los más altos niveles de precisión y poder destructivo para atacar cualquier objetivo en Corea del Norte en caso necesario», declaró el portavoz del Ministerio de Defensa de Seúl, Kim Min-seok.

En el caso de sus misiles balísticos, cuyo alcance permitido se amplió el pasado octubre de 300 a 800 kilómetros tras un acuerdo con EEUU, el portavoz de Defensa aseguró que Corea del Sur «acelerará el desarrollo» de proyectiles de máximo alcance que abarcarían todo el territorio norcoreano.

Por su parte, el presidente de EEUU, Barack Obama, indicó en su discurso anual sobre el estado de la Unión que «fortalecerá la defensa de misiles» del país y «liderará al mundo en la toma de medidas firmes» en respuesta a las «amenazas» de Corea del Norte.


El posible refuerzo militar de Corea del Sur y EEUU estaría orientado a evitar futuras «provocaciones» del régimen norcoreano, que aludió a la posibilidad de nuevas «medidas de mayor intensidad» si Washington persiste en lo que considera «políticas hostiles» hacia el país comunista.

El Ministerio de Defensa de Corea del Sur cree que Corea del Norte podría preparar un nuevo test nuclear y «varios tipos de provocaciones, como un bombardeo de artillería, infiltraciones a través de la frontera y ataques contra instalaciones gubernamentales importantes», según su portavoz.


En todo caso, un día después de la prueba atómica los esfuerzos de Tokio, Washington y Seúl se centran mayoritariamente en analizar la naturaleza de la prueba atómica y hallar indicios sobre la posibilidad de que se repita en un futuro próximo.

Barcos y aviones surcoreanos, así como cazas japoneses, partieron el miércoles hacia áreas cercanas a Corea del Norte para recoger muestras de aire que permitan determinar datos relevantes sobre la detonación norcoreana.

Una de las incógnitas que Washington, Seúl y Tokio pretenden despejar es si el régimen de Kim Jong-un empleó plutonio en su tercera prueba nuclear, como en las realizadas en 2006 y 2009, o si en su lugar utilizó uranio altamente enriquecido.

Expertos creen que Corea del Norte, que ha admitido que enriquece uranio en sus instalaciones de Yongbyon para un supuesto uso civil, podría haber usado ayer este peligroso material, lo que confirmaría los temores de Seúl y Washington de que el desafiante régimen ha encontrado un nuevo modo de fabricar armas atómicas.

En todo caso, los expertos advierten de que el sellado del túnel en el que se produjo la explosión podría haber impedido la liberación en la atmósfera de partículas radiactivas detectables y que, aún en caso de existir, su hallazgo podría llevar varios días.

El ensayo nuclear realizado por Corea del Norte en la base de Punggye-ri, en el noreste del país, produjo un temblor de unos 5 grados en la escala Richter y acumuló una potencia -según estimaciones de Seúl- de entre 6 y 7 kilotones, algo más de un tercio de la magnitud de la bomba de Hiroshima.

Especialistas surcoreanos en la materia aseguraban que, en caso de caer sobre una gran ciudad como Seúl, la bomba podría arrasar completamente varios kilómetros cuadrados y acabar con cientos de miles de vidas.

En todo caso, Corea del Sur y EEUU creen que, de momento, Corea del Norte carece de tecnología para instalar sus cabezas nucleares en misiles balísticos y es consciente de que sus posibilidades de ganar una guerra frontal contra sus enemigos son prácticamente nulas.

En cualquier caso, el Ministerio de Defensa de Corea del Sur expresó su intención de adelantar su plan de construir un sistema antimisiles propio, proyectado inicialmente para 2015, y reforzar en los próximos años sus sistemas de espionaje y vigilancia por satélite al país vecino.

EEUU, que mantiene 28.500 efectivos en Corea del Sur, ya proporciona a su aliado un «paraguas nuclear» para protegerlo ante eventuales ataques del Norte, país con el que se encuentra técnicamente enfrentado desde la Guerra de Corea (1950-53).

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