Es la mayor del mundo industrializado
La deuda pública de Japón, la mayor del mundo industrializado respecto al producto interior bruto (PIB), alcanzó un nuevo récord en junio al situarse en casi 976,2 billones de yenes (unos 10 billones de euros), informó el Gobierno nipón.
Desde finales del pasado marzo, mes en que concluye el año fiscal en Japón, el valor total de los bonos, obligaciones y créditos aumentó en 16,2 billones de yenes (unos 167.570 millones de euros), lo que supone un incremento trimestral del 1,7 por ciento.
Buena parte de este aumento respondió a la deuda emitida para cubrir el gasto público destinado a las labores de reconstrucción en el noreste de Japón, arrasado por el devastador tsunami de marzo de 2011.
Japón cuenta con la mayor deuda pública del mundo industrializado y su economía, seriamente afectada en 2011 por el tsunami y la crisis nuclear iniciada en marzo, se ha visto también lastrada por la persistente apreciación del yen, que perjudica a las empresas exportadoras al recortar su competitividad en el exterior.
La agencia de calificación Fitch, que el pasado mayo rebajó la nota de la tercera economía mundial por su elevada deuda, considera que ésta alcanzará a finales de este año el 239 por ciento del PIB.
La enorme deuda japonesa tiene su origen a finales de los años 80, tras una década de pujanza, cuando tuvo lugar el estallido de la burbuja financiera, cuyas consecuencias siguen pesando hoy.
Lo que diferencia la deuda nipona con la de otros países industrializados es el alto nivel de ahorro de los hogares, que asegura depósitos en el sistema, y el hecho de que casi la totalidad de los bonos está en manos de acreedores locales, principalmente bancos nacionales.
Esto los hace independientes de los tipos de cambio y concede al Gobierno un mayor margen de actuación en caso extremo, aunque no evita que buena parte de los impuestos nipones se tengan que destinar a pagar los intereses.
Para sanear las cuentas públicas, el primer ministro japonés, Yoshihiko Noda, ha elaborado una polémica reforma fiscal que incluye una discutida subida del IVA del 5 al 10 por ciento para 2015. (EFE)