Cuando te sientas atacado/a, no dejes de brillar, continúa siendo tú mismo/a, sigue dando lo mejor de ti, sigue haciendo lo mejor…
Por Irma Aráuz*
Cuenta una leyenda, que una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga; ésta huía rápido y con miedo de la feroz depredadora, y la serpiente no pensaba desistir. Huyó un día, y ella no desistía, dos días y nada. Al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y le dijo a la serpiente: – ¿Puedo hacerte tres preguntas?
La serpiente respondió: – No acostumbro a dar este precedente a nadie, pero como igual te voy a devorar, puedes preguntar.
– ¿Te gusto como alimento? No, contestó la serpiente.
– ¿Te he hecho algún mal? No, volvió a responder.
– Entonces, ¿Por qué quieres acabar conmigo? ¡Porque no soporto verte brillar!
Muchos de nosotros nos hemos visto envueltos en situaciones donde nos preguntamos: ¿Por qué me pasa esto si yo no he hecho nada malo? Sencillo: porque no soportan verte brillar.
La envidia, es una de las emociones negativas más difíciles de distinguir en quien la está sintiendo, solo se da cuenta de la molestia que siente o la rabia que siente contra el otro. Pero que envidien tus logros, tu éxito, que envidien verte brillar, no debe importarte. El sol y la luna solamente brillan o ¿no?
Cuando te sientas atacado/a, no dejes de brillar, continúa siendo tú mismo/a, sigue dando lo mejor de ti, sigue haciendo lo mejor, no permitas que te lastimen, no permitas que te hieran, sigue brillando y no podrán tocarte, porque tu luz seguirá intacta y tu esencia permanecerá, pase lo que pase.
Si eres el/la que siente molestia contra el otro(a), pesca ese sentimiento y destrípalo. Pregúntate muchas veces el porqué de lo que sientes e intenta liberarte de ese sentimiento ya sea respirando profundamente, haciendo ejercicio o escribiendo una carta a esa persona que te provoca “eso”. ¿Prefieres ser feliz o tener la razón?
Las emociones negativas no son ni buenas ni malas, solamente son emociones. El aprender a procesarlas y a liberarse de ellas lleva un tiempo de preparación y de aprendizaje, entre ellos el amor a ti mismo.
En lugar de envidiar al que brilla podemos empezar ahora a prepararnos para terminar bien el año sin rencores y sí con amor en nuestro corazón. No es nada fácil cuando estamos muy heridos, pero algo que me funciona en lo personal cuando siento enojo con alguien, es mandarle mucho amor y repetir lo siguiente: “deseo quererte, quiero quererte, ayúdame a quererte”.
*La psicóloga Irma Aráuz atiende directamente en el teléfono 090-2553-3307 y en el e-mail consultasairma@live.com.ar.
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