Gobernador okinawense confirma rechazo a instalación militar norteamericana
Las autoridades de Okinawa criticaron hoy los planes de Tokio y Washington de mantener en esa región la polémica base militar estadounidense de Futenma y reclamaron esfuerzos para trasladarla fuera de la zona cuanto antes.
«Es prácticamente imposible llevar a cabo un plan con el que la población local no está de acuerdo», dijo hoy el gobernador de Okinawa, Hirokazu Nakaima, después de que Japón y EEUU cerraron ayer nuevos detalles sobre su plan de llevar Futenma, situada en plena ciudad de Ginowan, a otro lugar menos poblado de la misma región.
Los ministros de Exteriores y Defensa de Japón y EEUU se reunieron en Washington y pactaron, entre otras cosas, eliminar el plazo de 2014 que se estableció en 2006 para trasladar Futenma fuera de la localidad de Ginowan.
Un cuarto del territorio de esta ciudad de 90.000 habitantes está ocupado por las instalaciones militares estadounidenses, totalmente rodeadas de viviendas y edificios públicos.
El ex primer ministro Yukio Hatoyama, que llegó al poder en 2009, se comprometió a sacar Futenma fuera de Okinawa e incluso de Japón, pero luego tuvo que dar marcha atrás por las presiones de Washington, lo que originó su dimisión en junio de 2010.
En su reunión de ayer, los titulares de Exteriores y Defensa de Japón y EEUU reafirmaron su acuerdo de trasladar la base a la zona de Nago, una zona menos poblada en el norte de la isla de Okinawa, «lo antes posible después de 2014».
Detallaron, además, que las nuevas instalaciones se construirán con dos grandes pistas en forma de «V», lo que también fue criticado por Nakaima, que en reiteradas ocasiones ha denunciado el impacto medioambiental del plan.
El acuerdo entre Washington y Tokio incluye también el traslado al territorio estadounidense de Guam de gran parte de las maniobras aéreas que EEUU efectúa en Okinawa, en un intento de aplacar el malestar por su presencia militar en el archipiélago nipón.
Estados Unidos mantiene cerca de cien bases y 48.000 militares en Japón, más de la mitad de ellos en Okinawa. (EFE)
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