Diario de un niño que perdió a su padre por el tsunami
El 11 de marzo, Yuta Hakoishi, de 12 años, estudiante de una escuela de Yamada, Iwate, vio a su padre con vida por última vez, mientras conducía de vuelta a su casa. Yuta escribió un diario sobre su dura experiencia que ha publicado Mainichi Japan.
11 de marzo: Estábamos practicando una canción para nuestra ceremonia de graduación, cuando se produjo un gran terremoto. Al principio pensé que era sólo otro terremoto. E incluso después de que se emitió una alerta por un gran tsunami, pensé que no llegaría a pasar. Pensé que si un tsunami llegaba, sólo tendría unos 10 centímetros de altura. Pero estaba completamente equivocado. Vi agua y escombros que iban por la Ruta Nacional 45. Vi a mi mamá y mi papá llegar a la escuela antes de que el tsunami llegara. Pero entonces vi a mi papá salir en su camioneta. Yo estaba preocupado por él. «Por favor, no dejes que se lo lleve el tsunami mientras está conduciendo», oré.
18 de marzo: Mamá ha perdido la esperanza, diciendo que papá todavía no ha sido encontrado después de tanto tiempo. El abuelo lloró y dijo: «Vamos a hacer todo lo posible y construir una casa nueva, y asegurarnos de que todos ustedes puedan ir a la escuela. Aunque su padre no lo haga, nosotros haremos nuestro mejor esfuerzo».
23 de marzo: El día de nuestra graduación. Mientras cantaba la canción «Arigato», yo pensaba: «Papá, es por ti que yo he podido graduarme. Gracias». Luego mi voz tembló y me puse a llorar. Esa noche tuve un sueño. Soñé que mi mamá y mi papá regresaban de un supermercado en Miyako.
25 de marzo: Uno de mis parientes recibió una llamada en su teléfono celular. Dijeron que un bombero había encontrado a alguien que se parecía a mi padre. Corrimos hacia allí, y vi a mi papá echado, con la boca abierta. Mi hermana mayor se puso a llorar. Mi mamá no dijo nada. Cuando toqué la cara de mi padre estaba más fría que el agua. En mi mente no dejaba de pensar «¿por qué tuviste que volver?». Luego me dije a mí mismo «¿de qué sirve pensar en eso?», pero mientras más me lo decía, más lágrimas brotaban de mis ojos. Vi su anillo de bodas y su teléfono celular. Lo que me sorprendió fue que su reloj estaba todavía funcionando. El reloj de mi padre ahora es mío. Yo creo que nunca lo voy a perder en toda mi vida.
26-27 de marzo: En algún lugar de mi mente yo deseaba no haber visto nunca el rostro de mi padre tal como estaba cuando lo encontraron. Pero debido a que lo encontraron pudimos cremar su cuerpo y pude tocarlo. Es bueno que lo hayan encontrado.
28 de marzo: El día de la cremación. Mi hermana, mi mamá, Keijiro y yo escribimos cartas, que pusimos al lado de mi padre. Mientras nos inclinábamos para orar yo dije: «La familia Hakoishi hará todo lo posible para seguir adelante después de ti».
7 de abril: Hoy fue el día en que pude dar gracias desde el fondo de mi corazón. Una persona vio un artículo sobre mi papá y nosotros, y trajo una foto de cuando mi padre corrió en la Maratón de Tokio y algunas cartas. Había una carta con un mensaje a nuestra familia y un mensaje para mí. Mi papá fue increíble. Hoy estoy muy agradecido.
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