Esperanzas y miedos de los refugiados japoneses
100 refugiados de las prefecturas de Iwate, Miyagi y Fukushima revelaron sus sentimientos y qué les pedirían a sus autoridades a través de una encuesta efectuada por Mainichi Shimbun.
Una mujer de 64 años, alojada en un centro de evacuación en la ciudad de Ofunato, dijo: «No puedo pedir nada porque sé que todo el mundo, incluyendo el gobierno de nuestra ciudad y otros municipios, está en una situación tan difícil como la mía. Debo esforzarme para vivir sin depender demasiado de la buena voluntad de la gente».
Otra mujer de 50 años que permanece en un refugio en la misma ciudad manifestó: «La gente en la región de Tohoku es persistente y paciente. Estoy segura de que vamos a superar esta dificultad y reconstruir nuestra ciudad. Al mismo tiempo, hay gente que está deprimiéndose, así que espero que los socorristas los apoyen».
Por otro lado, una mujer de 61 años de Rikuzentakata se mostró preocupada sobre su futuro hogar.
«Vamos a poder quedarnos en una vivienda temporal sólo durante dos años, pero no creo que lleguemos a estar listos para salir en tan poco tiempo. Espero que el gobierno nos permita permanecer más tiempo y nos ofrezca préstamos sin intereses con un largo período de devolución», dijo.
«La gente trata de animarme, diciendo ‘Usted ha sobrevivido a la catástrofe, así que tiene que perseverar’. Honestamente, no sé qué hacer después de haber perdido a mi madre y mi hermana», dijo un hombre de unos 50 años en un refugio en Rikuzentakata.
En la ciudad de Natori, Miyagi, un hombre de 25 años expresó su preocupación por los desaparecidos.
«Estoy preocupado por el futuro. Quiero creer que muchas personas dadas por desaparecidas serán encontradas con vida en alguna parte. Siento un profundo apego por este lugar, así que espero que nuestra ciudad se recupere pronto. Espero que todas las demás áreas afectadas por el desastre se recuperen también», manifestó.
Una anciana de 76 años expresó su gratitud hacia los voluntarios. «Están trabajando muy duro por nosotros», dijo.
En Miharu, Fukushima, un hombre de 49 años de edad que vivía cerca de la central nuclear Daiichi desea regresar a su casa. «Espero poder volver a mi casa aunque sea por un par de horas para recoger algunas cosas que necesito», afirmó.
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