Arponeros japoneses no pueden con conservacionistas
El Gobierno de Australia y el grupo ecologista Sea Shepherd mostraron su escepticismo respecto a la suspensión temporal del programa anual de caza de ballenas por parte de Japón en la Antártida.
El ministro de Medio Ambiente australiano, Tony Burke, indicó que pese al anuncio de Tokio, Camberra seguirá adelante con su lucha para que el Tribunal Internacional de Justicia declare ilegal esta práctica en aguas del continente helado.
Por su parte, el fundador de Sea Shepherd, Paul Watson, aseguró que es «prematuro» cantar victoria pese al éxito de su campaña de sabotaje a los buques balleneros.
Japón decidió suspender por ahora la polémica actividad de sus balleneros en la Antártida por el acoso de los conservacionistas, que este año consiguieron que los arponeros nipones apenas capturaran un 10 por ciento de su cuota asignada de 1.035 ballenas.
El programa -que según Tokio busca investigar el modo de vida y contenido de los estómagos de los enormes mamíferos- es autorizado por la Comisión Ballenera Internacional pero visto con recelo por países como Australia.
Los dos gobiernos estuvieron cerca de una crisis diplomática por el asunto en 2009, cuando un juez australiano falló que era ilegal capturar cetáceos en la reserva marina declarada por Camberra en el continente helado, cuya soberanía no reconocen las autoridades niponas. (EFE)
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