Dos jugadores nacidos en Sudamérica y nueve entrenadores europeos disputan la Copa Asia, que hoy arrancó en Catar sin el brillo de sus homólogas de otros continentes y que se entiende como la primera prueba para que el país anfitrión demuestre por qué ha sido elegido para organizar el Mundial de 2022.
Solo 33 de los 368 jugadores que desde este viernes se dan cita en el pequeño emirato de la Península Arábiga juegan en ligas europeas, una cifra muy alejada, por ejemplo, de la pasada Copa de África.
Entre ellos, la figura indiscutible es Park Ji Sung, el hábil extremo del poderoso Manchester United inglés, y los «españoles» Javad Nekouman y Masoud Shoajei, estrellas de Irán que defienden la camiseta del Osasuna de Pamplona.
Por escuadras, Australia es, con 17, el país que más jugadores tiene en Europa, seguida por Japón, con once internacionales en ligas del viejo continente -en su mayoría en equipos de la Bundesliga.
Los «Socceroos», principales favoritos al título, cuentan en sus filas con peloteros del calibre de Tim Cahill, media punta del Everton, quien hace pareja con el mediocampista de Blackburn Rovers, Brett Emerton, y que tiene por detrás a Mark Schwarzer, portero del Fulham.
Junto a ellos, completan el equipo más europeo de todos la potente pareja del Galatasaray turco formada por Lucas Neill y el veterano delantero Harry Kewell.
Australia deberá de vérselas en la primera fase con otra de las aspirantes a la corona asiática, Corea del Sur, que además de Park, tiene dos hombres jugando en el Celtic de Glasgow, uno en el Bolton Wanderes y otro en el Hamburgo.
Como nota curiosa, el país anfitrión, Catar, que alberga esta Copa de Asia con inusitada ilusión, tiene en sus filas a dos jugadores nacidos en Sudamérica.
Fabio Cesar Motezine, 31 años, dirige el centro del campo. Nacido en Lodrina, Brasil, jugó en los juveniles del Sao Paulo antes de iniciar un periplo que le llevó a su actual club, el Al-Rayyan, estrella de la débil liga catarí.
Por delante, el uruguayo Sebastián Soria -nacido en Paysundú hace 27 años y ex jugador del Liverpool de Uruguay- es el encargado de hacer los goles del equipo que dirige el francés Bruno Metsu.
Expertos apuntan a que la nacionalización de jugadores de otros continentes -en particular jóvenes estrellas emergentes africanas y sudamericanas atraídas por los petrodólares- es una de las políticas que Catar podría adoptar de cara a crear un equipo competitivo dentro de doce años.
Entendido como un pulso entre el asentado fútbol asiático, con una amplia trayectoria internacional, y el emergente fútbol árabe, que busca hacerse un hueco antes de la histórica cita de 2022, las selecciones asiáticas han caído también en la tentación de confiar en entrenadores europeos.
Nueve de los 16 técnicos que se sentarán en los banquillos hasta el próximo 27 de enero proceden del viejo continente. De las favoritas, solo Corea del Sur se ha puesto en manos de un entrenador de la casa.
Entre ellos, destaca el ex jugador de la Sampdoria, Srecko Katanec, que lleva las riendas de la débil selección de Emiratos Árabes Unidos, o José Peseiro, director técnico de Arabia Saudí, un equipo que, pese a estar en horas bajas, siempre se halla entre los favoritos.
Según los expertos, la siempre candidata Corea del Sur liderada por Park, el Japón que dirige el italiano Alberto Zaccherani o la potente y experimentada Australia son las escuadras que parten con opciones para alzarse con la corona asiática.
Los «socceros», bajo la batuta del alemán Holger Osieck, querrán resarcirse de la decepción que supuso su eliminación en la edición de 2007.
En el capítulo de sorpresas, algunos esperan a la irregular selección iraní que capitanea el osasunista Nekouman o la emergente China de Hao Junmin, el joven valor del Schalke 04.
Sin olvidar a Irak, que defiende el título, y a Kuwait, selección poco conocida pero llena de moral tras su reciente y sorprendente victoria en la Copa del Golfo.
El país anfitrión, que acoge la Copa de Asia por segunda vez en su historia, acomete este torneo como punto de partida después de su polémica elección como organizador de mundial de 2022.
La FIFA mirará con lupa al pequeño país árabe, que derrotó en la carrera por el mundial a otras candidaturas que parecían más fuertes, como las de Estados Unidos, Japón, Corea del Sur y Australia.
Especial atención reclama el hecho de que la competición se celebre en el invierno septentrional, después de que le presidente del fútbol internacional, Joseph Blatter diera a entender que el Mundial de 2022 podría ser el primero de la historia que se celebrara en enero. (EFE)
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