Cada 31 de diciembre, cuando el año se apaga lentamente, el sonido profundo del «Joya no Kane» (除夜の鐘) resuena en templos de todo Japón. Esta ceremonia budista, inseparable de la Nochevieja japonesa, simboliza el cierre espiritual del año que termina y la preparación interior para recibir el nuevo. Aunque en algunos lugares su práctica se ha reducido por cuestiones de ruido o cambios sociales, sigue siendo una de las tradiciones más representativas del calendario japonés.
El «Joya no Kane» consiste en tocar la campana del templo durante la última noche del año. El ritual forma parte de una ceremonia religiosa conocida como «Joyae» (除夜会) y se realiza con el «bonsho» (梵鐘), una gran campana de bronce golpeada con un mazo de madera llamado «shumoku» (撞木). El término «joya» hace referencia precisamente a “la noche en que se deja atrás el año viejo”.
En el budismo, el sonido de la campana no es solo una señal acústica. Se considera la voz de Buda, capaz de atravesar la confusión y el sufrimiento humano. Por ello, escuchar el «bonsho» se asocia a la purificación del espíritu y a la posibilidad de despedir el año con una mente serena.
Tradicionalmente, el «Joya no Kane» se toca 108 veces. En la mayoría de los templos, 107 campanadas se realizan antes de la medianoche del 31 de diciembre y la última, ya el 1 de enero. Este número no es casual: según una de las explicaciones más extendidas, representa los 108 «bonno» (煩悩), es decir, los deseos y pasiones que, de acuerdo con el budismo, generan sufrimiento en los seres humanos. Cada campanada simboliza la eliminación de uno de ellos.
Aunque el ritual fue durante siglos responsabilidad exclusiva de los monjes, hoy en día algunos templos permiten que también participe el público.
El origen del «Joya no Kane» se remonta a China. Allí existía la costumbre de tocar la campana 108 veces en la última noche de cada mes para ahuyentar a los malos espíritus. Durante la dinastía Song, esta práctica se concentró únicamente en la víspera del Año Nuevo. Se cree que esta tradición llegó a Japón en el periodo Kamakura, introducida por monjes zen procedentes del continente.
Con el paso del tiempo, el ritual se extendió por todo el archipiélago y, ya en la era Edo, se había convertido en una costumbre habitual en numerosos templos. A comienzos de la era Showa, la retransmisión radiofónica del «Joya no Kane» consolidó su presencia como un símbolo sonoro del final del año, familiar para generaciones de japoneses.
Hoy, en un Japón donde las celebraciones de Año Nuevo combinan visitas a templos budistas y santuarios sintoístas, el «Joya no Kane» sigue marcando un momento de recogimiento y transición. Su sonido grave recuerda el paso del tiempo y la importancia de dejar atrás lo viejo antes de comenzar un nuevo ciclo.
TEMPLOS POPULARES PARA ESCUCHAR EL «JOYA NO KANE»
Tokio
増上寺(Zojo-ji)
浅草寺(Senso-ji)
池上本門寺(Ikegami Honmon-ji)
Kioto
清水寺(Kiyomizu-dera)
知恩院(Chion-in)
六波羅蜜寺(Rokuharamitsu-ji)
Kanagawa
川崎大師(Kawasaki Daishi / Heiken-ji)
建長寺(Kencho-ji・Kamakura)
円覚寺(Engaku-ji・Kamakura)
Osaka
四天王寺(Shitenno-ji)
Otros templos destacados
善光寺(Zenko-ji・Nagano)
東大寺(Todai-ji・Nara)
瑞巌寺(Zuigan-ji・Miyagi)
(International Press)
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