
La mañana de ayer lunes, fue hallado el cuerpo sin vida de un hombre de 67 años en el jardín de su vivienda en la ciudad de Ichinoseki, prefectura de Iwate. A pocos metros del lugar también se encontró el cadáver de su perro. Ambos fueron atacados por un oso, que luego fue abatido por un cazador.
Todo comenzó cuando un familiar de Tomio Sato, un vecino jubilado que vivía solo en el distrito de Genbicho, intentó comunicarse con él sin éxito. Al no obtener respuesta, dio aviso a la policía. Poco después de las 11 de la mañana, los agentes encontraron el cuerpo de Sato en el jardín de su casa, ubicada al pie de una zona boscosa.
El cadáver presentaba heridas con profundos desgarros y marcas de garras compatibles con el ataque de un oso. A su lado yacía también el cuerpo sin vida de un perro. Los investigadores dijeron que el ataque pudo haber ocurrido durante las primeras horas del día.
UN CAZADOR PUSO FIN AL PELIGRO
El Municipio de Ichinoseki activó de inmediato un operativo conjunto con la asociación local de cazadores. Pasadas las dos de la tarde, cuando la policía y personal del municipio hacía diligencias frente a la casa de la víctima, el oso apareció en el lugar desatando el miedo entre los presentes hasta que un cazador efectuó tres disparos con su escopeta y abatió al animal, un macho adulto de unos 150 centímetros de largo y 70 kilos de peso.
Aún no se ha confirmado si se trata del mismo ejemplar que mató al hombre y a su perro. Las autoridades esperan el resultado del análisis genético de ADN para emitir su conclusión.
UN OTOÑO MARCADO POR ATAQUES DE OSOS
“Es terrorífico. Antes los osos bajaban solo a comer castañas o caquis, pero nunca atacaban personas”, comentó un vecino a la TV local. En la zona, las autoridades municipales recorren con altavoces advirtiendo a los ciudadanos que eviten salidas innecesarias y se mantengan en interiores.
El alcalde de Ichinoseki, Yoshihito Sato, confirmó que el oso fue abatido con autorización del gobierno prefectural y pidió extrema precaución a los residentes. Se suspendieron actividades al aire libre y se recomendó a los padres acompañar a los niños hasta las paradas del autobús escolar.
La prefectura de Iwate atraviesa un año particularmente grave. Según datos oficiales del 19 de octubre, cuatro personas han muerto en lo que va del año por ataques de tsukinowaguma, el oso negro asiático típico de la región. En otra ciudad cercana, Kitakami, las pruebas de ADN confirmaron que un oso abatido el 17 de octubre fue el mismo que atacó a un trabajador en el onsen de Semi.
UN EQUILIBRIO ROTO ENTRE HUMANOS Y NATURALEZA
Los expertos advierten que el aumento de los ataques está vinculado con la escasez de alimento en las montañas y el envejecimiento de las comunidades rurales. Los osos, impulsados por el hambre, se acercan cada vez más a las zonas habitadas, borrando la línea que antes separaba la vida silvestre del espacio humano.
El caso de Ichinoseki, donde un hombre y su perro fueron atacados en su propio jardín, simboliza una realidad alarmante: los osos ya no son visitantes esporádicos del bosque, sino presencias imprevisibles que irrumpen en la cotidianidad rural de Japón. (RI/AG/IP/)
Descubre más desde International Press - Noticias de Japón en español
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.









