El mediodía del 17 de septiembre, una parte de la fachada del edificio que alberga la estación Asakusa de la línea Tōbu Isesaki en Tokio se desprendió y cayó, en un incidente que pudo haber tenido consecuencias graves en una de las zonas más concurridas de la capital japonesa.
De acuerdo con la empresa Tōbu Railway, un transeúnte alertó a las autoridades tras notar la caída de fragmentos en las inmediaciones de la entrada principal de la estación. Al inspeccionar el lugar, se comprobó que se había desprendido un bloque de aproximadamente 70 kilogramos de peso.
Afortunadamente, no se reportaron heridos pese a la gran afluencia de personas en la zona a esa hora del día. Las primeras investigaciones apuntan a que el accidente se debió al deterioro de los anclajes que sostenían la parte exterior del edificio.
La compañía ferroviaria informó que de inmediato puso en marcha una revisión de emergencia en toda la estructura para descartar riesgos adicionales. Según los resultados preliminares, no se encontraron anomalías en otros sectores de la fachada, aunque Tōbu Railway aseguró que continuará con inspecciones preventivas para garantizar la seguridad de los usuarios y transeúntes.
Este suceso pone de relieve la importancia del mantenimiento constante en edificaciones con alto tránsito de personas, particularmente en centros neurálgicos como Asakusa, uno de los principales destinos turísticos y comerciales de Tokio. (RI/AG/IP/)
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