
Una operación secreta sin precedentes, llevada a cabo por el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), logró alcanzar más de 40 aviones de la aviación estratégica rusa este 1 de junio. La acción, conocida como “Operación Pavutyna” (Telaraña), se preparó durante más de un año y medio y fue coordinada por el jefe del SBU, Vasyl Maliuk, bajo la supervisión directa del presidente Volodímir Zelenski.
Según fuentes citadas por el diario Ukrainska Pravda, la operación incluyó una logística compleja: drones fueron introducidos en Rusia y luego ocultos en pequeñas casas móviles de madera, montadas sobre camiones de carga. En el momento preciso, los techos de estas estructuras se abrieron a control remoto y los drones atacaron objetivos militares rusos.
El golpe afectó cinco aeródromos estratégicos: Diáguilevo (Riazán), Belaya (Irkutsk, Siberia), Olenya (Murmansk), Ivánovo Severny (Ivánovo) y Voskresensk (óblast de Moscú). Entre los aviones impactados hay modelos clave como el A-50, Tu-95 y Tu-22M3, fundamentales para la capacidad de ataque a larga de Rusia.

UN TERCIO DE LA FUERZA ESTRATÉGICA RUSA DESTRUIDO
De acuerdo con el SBU, los daños causados a la flota aérea rusa superan los 7.000 millones de dólares. La operación habría destruido aproximadamente el 34% de los portadores estratégicos de misiles de crucero con base en estos aeródromos.
Ucrania aseguró que todos los agentes involucrados en la operación ya regresaron a lugar seguro y advirtió que cualquier noticias sobre detenciones será una puesta en escena de Rusia para consumo interno.
Analistas locales dijeron que esta operación marca un antes y un después en la guerra moderna: el uso de drones encubiertos en territorio enemigo, el daño económico infligido y la capacidad de infiltración del SBU confirman que Ucrania está llevando el conflicto a otro nivel estratégico. (RI/AG/IP/)
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