
La agencia de calificación crediticia Moody’s Ratings anunció hoy que ha reducido la calificación de la deuda soberana de Estados Unidos del nivel más alto “Aaa” (triple A) a “Aa1” (doble A plus). La decisión se basa en el aumento sostenido de la deuda pública y los costos por intereses, junto con la falta de medidas efectivas para reducir el déficit fiscal.
Con esta rebaja, las tres principales agencias del mundo —S&P, Fitch y Moody’s— han retirado la máxima calificación a EEUU, algo sin precedentes para la considerada primera economía global.
En su comunicado, Moody’s argumentó que ni las sucesivas administraciones ni el Congreso de EEUU han logrado acuerdos efectivos para frenar los déficits anuales ni el creciente costo de los intereses sobre la deuda nacional. Incluso los presupuestos actuales y en discusión no contemplan recortes significativos en el gasto.
Moody’s proyecta que durante la próxima década, los ingresos del Estado se mantendrán estables, mientras que el gasto aumentará, ampliando el déficit y elevando la carga financiera por los intereses. Esta tendencia, señala la agencia, amenaza la estabilidad fiscal del país a largo plazo.
IMPACTO INMEDIATO EN LOS MERCADOS
Tras el anuncio, los futuros de bonos del Tesoro estadounidense cayeron, lo que llevó a un aumento en los rendimientos, reflejo directo de una mayor percepción de riesgo entre los inversores. Aunque los bonos del Tesoro de EEUU siguen siendo considerados uno de los activos más seguros del mundo, esta degradación podría encarecer el financiamiento del gobierno estadounidense y reducir su atractivo ante ciertos fondos de inversión.
Estados Unidos pierde así su última “triple A”:
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S&P Global fue la primera en rebajar la calificación de EE. UU. en 2011, durante el enfrentamiento sobre el techo de deuda.
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Fitch Ratings hizo lo mismo en 2023, citando tensiones políticas internas e incertidumbre fiscal.
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Con esta decisión, Moody’s se convierte en la última de las tres en retirar el “Aaa”, dejando a EEUU oficialmente fuera del club de países con la máxima calificación crediticia por parte de las tres agencias.
Además, el regreso de Donald Trump a la presidencia en enero de 2025 ha generado inquietud adicional entre los mercados por sus políticas proteccionistas, incluida la posibilidad de nuevos aranceles a gran escala que podrían ralentizar aún más la economía global. (RI/AG/IP/)
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