
El Perú y el mundo de la ópera están de luto tras la muerte del tenor peruano Luis Alva, una de las voces más reconocidas de la lírica internacional, quien falleció el 15 de mayo a los 98 años en Milán, ciudad donde residía desde hace décadas. Fue declarado muerto a las 6:30 horas en el hospital Mariano Commese en la misma ciudad.
Luis Alva, también conocido artísticamente como Luigi Alva, fue un ícono del bel canto y una figura imprescindible en los grandes teatros de ópera del siglo XX. Su consagración llegó en 1956, cuando interpretó al conde de Almaviva en El barbero de Sevilla en el escenario de la Scala de Milán, junto a la soprano María Callas. La representación fue tan aclamada que poco después se grabó en Londres bajo la dirección de Alceo Galliera.
UN LEGADO QUE INSPIRÓ A GENERACIONES
Entre los homenajes a su figura, destaca el del tenor Juan Diego Flórez, quien en Instagram lo calificó como una de “las más grandes voces” que ha dado el Perú. “Luis Alva no solo fue una leyenda del bel canto, con una carrera brillante en los más importantes teatros del mundo, sino también un orgullo inmenso para todos los peruanos”, escribió. Flórez lo recordó como una inspiración personal y agradeció su legado “artístico y humano”.
Alva nació el 10 de abril de 1927 en la ciudad costera de Paita, en el norte del Perú. Su carrera comenzó en 1949 con una grabación de la zarzuela Luisa Fernanda. Poco después se trasladó a Italia para estudiar en la prestigiosa Scala de Milán, donde forjaría su nombre como uno de los más destacados tenores ligeros de su generación.
Además de su carrera internacional, Alva tuvo un fuerte compromiso con el desarrollo cultural de su país. En 1980, fundó en Lima la Asociación Proarte Lírico, luego llamada Asociación Prolírica del Perú, con la que organizó temporadas de ópera que marcaron una época en la vida musical de la capital peruana. (RI/AG/IP/)
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