El emperador emérito Akihito, de 91 años, recibió el alta médica el sábado tras permanecer cuatro días internado en el Hospital de la Universidad de Tokio, donde fue sometido a una serie de exámenes por una sospecha de isquemia miocárdica. Según anunció la Agencia de la Casa Imperial, se le ha diagnosticado isquemia miocárdica asintomática, una condición en la que el flujo de sangre al corazón se ve reducido sin presentar síntomas perceptibles.
Akihito regresó a su residencia del Palacio de Sento, en el distrito de Minato (Tokio), acompañado por la emperatriz emérita Michiko, poco después de las 11.30 horas. El ingreso se produjo el pasado martes, luego de que en un chequeo rutinario realizado en abril en el Hospital de la Agencia Imperial se detectaran anomalías en un electrocardiograma.
Tras nuevas pruebas, se estimó que el riesgo era considerable, lo que motivó la hospitalización para una evaluación exhaustiva. Durante su estancia en el hospital, el emperador emérito no manifestó síntomas. Según fuentes de la Agencia, cuando sus asistentes le preguntaron por posibles molestias, respondió que no sentía dolor ni incomodidad.
El diagnóstico de isquemia asintomática implica que Akihito deberá seguir un tratamiento farmacológico adicional al que ya recibe desde 2022, cuando fue diagnosticado con insuficiencia cardíaca derecha. También se le ha indicado evitar esfuerzos físicos excesivos y someterse a una observación médica aún más rigurosa en adelante.
El emperador emérito fue operado del corazón en 2012, cuando se le practicó una cirugía de bypass coronario. Desde su abdicación en 2019, reside en el Palacio de Sento y mantiene una vida discreta junto a la emperatriz emérita. (International Press)
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